El Tribunal Primero de Enjuiciamiento condenó a 20 años y un mes de cárcel a Juan Pablo Arrioja Osorio por la muerte del arqueólogo del INAH, Carlos Alberto Pérez Alvarez (a) “Cabinho”.
Le impuso también como pago por concepto de reparación del daño un millón 380 mil pesos.
Durante el proceso, se dejó en libertad a José David Flores Morales, quien también estuvo involucrado en los hechos, pero colaboró al señalar que Arrioja Osorio fue el autor del homicidio.
Flores Morales se sometió a un criterio de oportunidad y al señalar al presunto autor material del hecho, quedó exonerado.
El crimen fue denunciado por Alberto Carlos Pérez Toscano, hijo del ahora occiso.
Cómo informamos, Flores Morales, el 10 de agosto, fue a casa de su amigo Arrioja Osorio para pedirle hospedaje y empezaron a ingerir bebidas embriagantes.
Como se les acabó el alcohol y el dinero para seguir emborrachándose, decidieron ir a casa de “Cabinho” en busca de algo para robar y vender, pues sabían que vivía solo y era un adicto a las drogas y bebidas alcohólicas, como ellos.
Al llegar al predio del ahora occiso, en la calle 53 x 49, de la colonia Nueva Hidalgo, fueron sorprendidos por el dueño, al que sometieron y golpearon para robarle lo poco de valor que tenía.
Sin embargo, presuntamente Juan Pablo lo lesionó seriamente al someterlo y ponerle el brazo alrededor del cuello, de manera que acabó asfixiándolo.
Se retiraron y siguieron ingiriendo bebidas embriagantes y al día siguiente, cuando estaban en la calle, riñeron y fueron detenidos por la policía por disturbio.
No dijeron nada de lo sucedido en casa del arqueólogo, pues de hecho no sabían que lo habían matado, pero al enterarse de la muerte, José David se presentó a declarar y se entregó a la policia.
(En la foto aparece el ex custodio del INAH cuando fue detenido por causar destrozos en una tienda)
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