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Por Chismecito Político
En Twitter panistas como Mariana Gómez del Campo y otros opositores se burlaron de que Morena no ganó 6 de 6 gubernaturas. Es decir, la oposición celebra que sí los golearon, pero hay de golizas a golizas. Y que los goles de la honra valen más que las victorias. Les quitaron el pastel, pero les dejaron las migajas.
Siguen sin entender por qué, pese a los desaciertos de la Cuarta Transformación, que son muchos e innegables, la población sigue prefiriendo ese proyecto que volver a lo que había atrás. Es mejor seguir hacia adelante, piensan, aunque el sendero esté lleno de baches y socavones, que volver al paraje estéril y lúgubre del pasado.
Morena fue el ganador de la jornada electoral de ayer. Y no hay forma de regatearle el triunfo. La oposición perdió cuatro estados que gobernaba (y los perdió con diferencias de sufragios abrumadoras), los cuales serán guindas durante los próximos seis años. El obradorismo crece a pasos agigantados y sería miope no reconocerlo.
El PRI queda sepultado y pierde uno de sus últimos bastiones históricos: Hidalgo.
Movimiento Ciudadano demuestra que sólo es fuerte regionalmente en Nuevo León y Jalisco, mientras que en gran parte del país es irrelevante.
El PAN se confirma como el único partido de oposición que puede meterle calambres a Morena.
Lo del PRD es tristísimo: celebra como un triunfo haberse vuelto un patiño electoral.
La oposición dice que ayer se demostró que habrá tiro en 2024… todo lo contrario, se demostró que, de seguir separada y sin definir candidatura, será arrollada en 2024.
Aunque Morena también mostró ayer qué puede ser derrotado en las urnas. Sobre todo si sigue eligiendo como candidatos a cartuchos gastados.
El siguiente año viene la elección local más importante: la del Estado de México. Y si gana el obradorismo ahí será imparable en 2024. Información Radio Fórmula