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Por Yuriria Sierra

El texto es duro, más aun por los datos en los que se fundamenta. Cuánto malabar harán para intentar darle la vuelta quienes no salen bien parados. Lo hizo Bloomberg, se trata de un análisis de resiliencia para evaluar la ruta de 53 países frente a la pandemia. Anoto una de sus conclusiones: “El éxito en contener el covid-19 con el menor bloqueo parece depender menos de ordenar a las personas que se sometan, sino en el grado de confianza y cumplimiento social que generan los gobiernos. Cuando los ciudadanos tienen fe en las autoridades y en su guía, es posible que los cierres no sean necesarios en absoluto, como lo demuestran Japón, Corea y, hasta cierto punto, Suecia. Nueva Zelanda hizo hincapié en la comunicación desde el principio, con un sistema de alerta de cuatro niveles que dio a las personas una imagen clara de cómo y por qué actuaría el gobierno a medida que evolucionaba el brote…”.

Para este análisis tomaron en cuenta, entre otros factores, incidencia de contagios, mortalidad, realización de pruebas, acuerdos de suministro de vacunas, atención de salud y bloqueos económicos. En resumidas cuentas, con esto definen qué países han hecho una labor titánica, confiable, frente a la emergencia sanitaria que vive el mundo entero.

Y ante un mismo problema y con tan variables resultados, mucho ha tenido que ver, como señala la publicación, la velocidad de respuesta, la capacidad de quienes están al frente para configurar dinámicas que minimizaran efectos. Nueva Zelanda, como refieren, no esperó a que muriera una persona víctima de covid-19, ordenó confinamiento y sumó una estrategia de comunicación precisa, no una al paso de una plataforma política. Hoy, el país liderado por Jacinda Ardern es el mejor evaluado. Mientras el resto del mundo se encuentra en la víspera de un invierno difícil, Nueva Zelanda es un país en donde el coronavirus es ya un episodio casi resuelto, que se finiquitará con la llegada de la vacuna, pero, como en ningún otro país, su vida se parece mucho a la que hoy nosotros añoramos.

Japón, Taiwán, Corea del Sur, Finlandia, Noruega, Australia, China, Dinamarca, Vietnam, Singapur, Hong Kong, Canadá, Alemania, Tailandia, Suecia, Emiratos Árabes, Estados Unidos, Indonesia, Irlanda. Estos son los países que completan la lista de los primeros 20 lugares. Subrayamos los varios territorios, tan cercanos a China (también en este grupo), que lograron contener los efectos de la pandemia.

¿Nuestro país? Sobre él, el análisis afirma: “La última tasa de pruebas positivas disponible en el país es de un enorme 62%, lo que sugiere que la infección no detectada está muy extendida. Los funcionarios mexicanos han reconocido que el número de muertos en el país probablemente es significativamente más alto que los datos oficiales, debido a las limitadas pruebas…”. De 53 países evaluados, México está en el último lugar.

¿Qué se le puede reprochar a esta observación cuando nuestro país tuvo, al menos, dos meses para preparar su estrategia y hasta hace poco reconocieron la importancia de usar cubrebocas? Ayer rebasamos las 102 mil muertes. Las autoridades de Salud están muy orgullosas y aferradas a su estrategia, donde la falta de coordinación la justifican con movimientos políticos. Mientras tanto, los contagios y las víctimas mortales se acumulan. Todos los países, incluso Nueva Zelanda, padecen las consecuencias de la pandemia, pero justo en su capacidad de reconstruirse está una de sus fortalezas. Aquí, ¿qué pueden decir de esto cuando, por encima de la emergencia, imponen una agenda a la que no le han movido las prioridades? Información Excelsior.com.mx