Agustín Mejía Zarazúa, de 75 años, prefirió la muerte que pasar el resto de sus días perdiendo poco a poco la memoria a causa del Alzheimer, por ello tomó una pistola y se disparó; al lado de su cadáver dejó algunas notas.
Don Agustín era vecino del famoso multifamiliar de Tlatelolco y según la carta firmada que dejó al Ministerio Público, su salud mental se iba deteriorando por lo que no quería sufrir los estragos de esta terrible enfermedad.
El hombre salió de su casa y caminó con las cartas impresas y un revolver calibre 38, hasta el jardín La Pera ubicado entre calle de Lerdo y Eje Central Lázaro Cárdenas, en Nonoalco Tlatelolco.
Se sentó en un árbol, a un costado de la Estación de Policía, y en pocos minutos se disparó un tiro en el pecho con el que perdió la vida instantáneamente según testigos.
Al escuchar el disparo, elementos de la estación de policía salieron y al ver a Agustín llamaron a la ambulancia pero desafortunadamente ya estaba muerto.
En la carta dirigida al MP, el anciano se disculpó por su terrible decisión y fue muy específico en su última voluntad, como que no le practicaran autopsia, velar sus restos en una funeraria de su elección.