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María del Carmen Jiménez Martínez, investigadora de la UNAM, estudió la respuesta inmune en poblaciones vacunadas y no vacunadas contra el SARS-CoV-2; estos fueron los resultados.
¿Nos libraremos de las reinfecciones? Una experta de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) descubrió en una investigación dos linfocitos fundamentales para la producción de anticuerpos contra el COVID-19.
La investigación estuvo a cargo de María del Carmen Jiménez Martínez, quien estudió la respuesta inmune en poblaciones vacunadas y no vacunadas contra el SARS-CoV-2.
Durante los análisis, el grupo de expertos de la doctora Jiménez Martínez encontró que hay dos células inmunitarias que son actores centrales en la producción de inmunoglobulina G (IgG), que es el tipo de anticuerpo más abundante en la sangre y el más efectivo contra el virus.
Esas células inmunitarias que controlan la producción IgG son los linfocitos B de memoria efectora y los linfocitos T cooperadores foliculares, explicó Jiménez Martínez.
La presencia de esas células efectoras de memoria en la circulación indica que la vacunación ha sido efectiva y que los anticuerpos van a responder posteriormente al encuentro con el mismo virus.
Antes se sabía que las vacunas Pfizer, AstraZeneca y Sputnik generaban anticuerpos contra el virus, pero se desconocía qué células podrían estar involucradas en la memoria inmunológica y en la producción de anticuerpos específicos.
Dos linfocitos en la mira contra el COVID
En su investigación en pacientes vacunados que habían tenido coronavirus y en pacientes que no se habían infectado con el SARS-CoV-2, encontraron los siguientes 5 puntos:
Con la segunda dosis de las vacunas Pfizer, AstraZeneca y Sputnik se incrementó la producción de anticuerpos en todos los pacientes, “sin diferencia estadística entre las tres vacunas”.
Tenían también un número similar de células B de memoria efectora y de linfocitos T cooperadores foliculares.
Ambos tipos de linfocitos son los que se modifican durante la respuesta inmunológica y son los responsables de la producción de anticuerpos anti-SARS-CoV-2″.
En los linfocitos efectores de memoria había un grupo particular de células que expresaban un marcador específico llamado FcRL4.
El marcador FcRL4 permitió identificar a la población de linfocitos efectores de memoria más diferenciados responsables de la producción de anticuerpos.
¿Para qué sirve este conocimiento?
La doctora Jiménez Martínez, también investigadora del Departamento de Inmunología del Instituto de Oftalmología “Fundación Conde de Valenciana”, aseguró que, al conocer la respuesta inmunológica a través del estudio de las células involucradas en la producción de anticuerpos, se podrían programar de una mejor manera los refuerzos de vacunación o evaluar más profundamente la función protectora de las vacunas.
¿En qué casos?
La cantidad de poblaciones de células efectoras de memoria y linfocitos T cooperadores foliculares nos puede indicar, por ejemplo, si la primera vacunación en un sujeto indujo una respuesta de memoria adecuada para la producción de anticuerpos y si, por ende, requiere o no un booster o refuerzo de vacunación.
Otra aplicación inmediata en pacientes con alguna dificultad inmunológica se puede saber si hay cambios en los linfocitos que controlan la producción de IgG y si se requiere una nueva administración de vacuna.
Si se están evaluando otras plataformas vacunales, la observación de las poblaciones que controlan la producción de anticuerpos sería otra herramienta para evaluar la eficacia de una vacuna.
Ante una eventual condición epidémica similar a la pasada, se pueden detectar cambios en las células efectoras de memoria con el marcador FcRL4 en poblaciones clave y definir si requieren nueva vacunación. Información El Financiero