En el pasado contagiarse de viruela era fatal: mataba a uno de cada tres que se infectaban, entre el 10 y el 15 por ciento de la población.
Llegó a ser algo tan serio y discutido que incluso fue causa de duelos y desafíos entre los médicos de la época quienes discutían sobre cómo tratar el mal, pues era una enfermedad que no había sido referida ni por Hipócrates ni por Galeno, los dos grandes doctores de la antiguedad.
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Se declaró erradicada oficialmente en 1980 cuando se introdujeron los métodos industriales o al menos eso se creía.
Hace unos meses en Gales, Reino Unido, un adolescente de 15 años fue diagnosticado con viruela bovina.
De acuerdo con la madre, el afectado se contagió mientras estaba alimentando a unos terneros.
Los animales le mordisquearon las manos y luego comenzaron a aparecer lesiones en sus brazos y pies”, dijo la mujer a un medio local.
Aunque el caso ocurrió en mayo, se hizo público a principios de junio en el marco de la reunión anual de la Sociedad Europea de Dermatología Pediátrica para advertir a los médicos del posible resurgimiento de la enfermedad. Información Excelsior.com.mx