No hay generación de adolescentes que le diga que ‘no’ a las fiestas y los millennials no son la excepción. Al igual que en el pasado, los jóvenes de ahora están ansiosos por experimentar con sustancias que representan una ventana a los placeres de los adultos. Pero los padres de ahora enfrentan un nuevo desafío a causa del peligro que corren sus hijos por el consumo de sustancias que pueden ser más potentes y engañosas que las drogas de antaño.
Del uso al abuso hay poco trecho, particularmente para un adolescente que se presta con facilidad para caer en los excesos. El siguiente video-reportaje de Sin Filtros nos cuenta sobre el caso de España, donde hay cerca de medio millón de menores que se emborrachan cada mes y que inventan nuevas maneras increíbles para consumir alcohol, por ejemplo, por el ojo, por la vagina o por el ano.
Aunque no es raro encontrar casos más extremos, estos adolescentes desarrollan adicciones y se intoxican a partir de los 13 años. ¿Qué puede hacer la sociedad para prevenir estos enormes problemas de salud? Aplicar la ley contra comercios que venden alcohol a menores de edad es muy importante, pero también el estado debe asumir su responsabilidad de generar conciencia sobre los efectos nocivos del consumo.