AMLO, desesperado

Por José Cárdenas

El informe oficial del caso Ayotzinapa se cae a pedazos. Es burda mentira.

Acostumbrado a vender espejitos y esperanzas, el presidente ofreció a los padres de los estudiantes desaparecidos que el pavoroso caso quedaría resuelto este año. La promesa es humo.

Ante el engaño, la ilusión de los familiares se ha convertido en ansiedad, angustia y desesperación; acusan al gobierno de jugar con su dolor; desborda la ira.

En su desesperación, a López Obrador no le importó obligar públicamente al subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, a presentar cuanto antes un informe sobre “la verdad verdadera”, aunque fuera al aventón, sin verificar pruebas y acusando a la ligera.

El resultado ha sido desastroso. Las endebles evidencias han caído por su peso. Por ejemplo, casi todas las ordenes de aprehensión contra militares, presuntamente involucrados, han quedado sin efecto; las Fuerzas Armadas se sienten agraviadas; Omar Gómez Trejo, el fiscal del caso, renunció por conflictos y presiones del fiscal general de la República, Alejandro Gertz; Hasta el propio Alejandro Encinas ha reconocido haber tomado decisiones drásticas que han provocado la debacle de la investigación.

Así lo exhibe el diario The New York Times.

El influyente medio estadunidense revela, por ejemplo, como Alejandro Encinas fue a rogar al ex director de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón, “soltar la sopa” a cambio de protección. No lo logró. Para cumplirle al jefe máximo, Encinas recurrió a evidencias sin verificar, que han sido invalidadas.

Como acostumbra, López Obrador recurre al viejo truco de culpar a sus adversarios de querer “dinamitar” la investigación, al New York Times por no decir la verdad y a los medios nacionales por no creer en el dogma de su versión. El presidente intenta de nuevo vender la esperanza de que la verdad saldrá a la luz; está desesperado.

Hasta hoy, la única verdad verdadera es que nos faltan 43…

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