Por Eduardo Ruiz-Healy
La historia recordará al presidente Andrés Manuel López Obrador por uno de sus grandes fracasos.
Hasta ahora, la Fiscalía General de la República y diversas fiscalías estatales no han actuado después de recibir diversas denuncias sobre posibles casos de corrupción de funcionarios federales y estatales, de parientes del presidente, de gobernadores y legisladores federales y locales.
La falta de una actuación contundente de las fiscalías permiten suponer que la corrupción seguirá siendo un grave problema para el país a pesar de que durante sus tres campañas presidenciales AMLO prometió eliminarla y que en sus discursos y conferencias de prensa le gusta presumir de que “ya no hay corrupción”.
Múltiples estudios, encuestas y análisis muestran que funcionarios federales , estatales y municipales siguen cometiendo actos de corrupción cotidianamente a lo largo y ancho del país.
El Índice de Percepción de Corrupción (IPC) elaborado anualmente desde 1995 por Transparencia Internacional, organización no gubernamental con sede en Berlín, corrobora lo que muchos sabemos: la corrupción es una realidad ineludible y tal vez imbatible en México. El IPC define la corrupción como “el uso indebido del poder público para beneficio privado” y clasifica a los países “por sus niveles percibidos de corrupción en el sector público”, de acuerdo con los resultados obtenidos por diversas encuestas de opinión y evaluaciones de expertos en la materia.
En el IPC 2021, difundido en enero de 2022, que clasifica a 180 países en una escala de 0 (totalmente corrupto) a 100 (totalmente limpio), México con 31 puntos, ocupa el lugar 124, lo que significa que hay 123 países menos corruptos que el nuestro y 56 más corruptos.
La calificación de 31 es la tercera más baja dada a México desde 2012 y es la misma que obtuvo en 2020. La más baja es el 28 que se le dio en 2018. En 2020 la calificación fue 31, en 2019 y 2017 fue 29 y en 2016 fue 30. En 2012 y 2013 fue 34 y en 2014 y 2015 alcanzó 35.
Como se vea, históricamente nuestro país siempre ha salido mal calificado en el IPC. Y no es ningún triunfo del gobierno de la 4T que del 29 en 2019 se haya pasado al 31 en 2020 y 2021.
El Índice de Capacidad para Combatir la Corrupción 2022 (CCC), elaborado por la Sociedad de las Américas y el Consejo de las Américas con el fin de evaluar la capacidad de 15 países de América Latina para detectar, sancionar y prevenir la corrupción, nuestro país quedó en lugar 12, solo arriba de Guatemala, Bolivia y Venezuela.
El reporte del CCC anota que “México cayó del puesto 11 al 12 en el Índice, y su puntaje general continuó con una tendencia a la baja, cayendo casi un 5% en 2022, y en un 13% desde 2019. El país experimentó retrocesos en todas las categorías, pero el declive más pronunciado fue con el rubro de la democracia y las instituciones políticas. En esa categoría, México tuvo una fuerte caída en la variable que evalúa la elaboración de leyes y procesos de decisión, lo que refleja los esfuerzos percibidos del poder ejecutivo para interferir en asuntos judiciales y legislativos”.
Faltan exactamente 24 meses para que Andrés Manuel entregue el poder a quien resulte ganador de la elección presidencial de 2024. El tiempo se le acabó para acabar con la corrupción en el país.
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Información Radio Fórmula