Por Enrique Aranda
A medida que se acerca el momento del formal relevo sexenal a nivel federal, la “terca realidad” parece ganar terreno y comenzar a imponerse ante el cúmulo de propuestas, serias las más y otras no tanto —“auténticas ocurrencias, puntadas no pocas…”, matizaría alguno— que han venido marcando el actuar y, más, el decir de Andrés Manuel López Obrador y sus más cercanos colaboradores, desde la confirmación de su avasallador triunfo electoral de julio.
Hoy, 40 días escasos antes de que el tabasqueño sea ungido titular del Ejecutivo federal, no son pocos los asuntos que han comenzado a generar presión y, sabemos, su personal inquietud debido al negativo impacto que ya algunos están teniendo en el desempeño de la economía o, sin duda también, en el ámbito social y político, con el consecuente deterioro de la imagen del ahora presidente electo y de su gobierno aún en ciernes.
La baja consistente del “riesgo-país” de JP Morgan durante las dos últimas semanas o el cambio de perspectiva, de “estable” a “negativa” de Petróleos Mexicanos, por parte de Fitch Raitings son sólo dos de los casos concretos que forzaron ya el encendido de “luces amarillas” al más alto nivel del lopezobradorismo, para no hablar del serio desencuentro que la imprudencia de uno de sus cercanos, Benjamín Robles, provocó entre él y la autónoma Junta de Gobierno del Banco de México.
El comportamiento de los mercados cambiarios y de valores ante lo que viene ocurriendo, y, asegurándose, será implementado tras el cambio de gobierno, ofrece una idea más que clara de la incertidumbre existente en ellos y, obvio, de los temores que muchas de las propuestas de política a aplicar están generando…¡unas horas apenas, por cierto, antes que dé inicio la llamada “consulta popular” que para decidir el futuro del Nuevo Aeropuerto Internacional de México se tuvo a bien impulsar.
Una consulta ésta, huelga insistir, que al margen su cuestionable validez legal o capacidad vinculante, y como resultado de la falta de solidez y seriedad de las (cambiantes) posturas del (hasta ahora) propuesto futuro titular de Comunicaciones y Transportes Javier Jiménez Espriú sobre el particular, ha devenido en chunga o, peor, en el mejor ejemplo del supuesto voluntarismo-autoritarismo que, se afirma ya de manera explícita en amplios sectores, está por aterrizar en México.
Esclarecer posturas, pues, y explicitar programas a aplicar, definir políticas de corto y mediano plazo y, más, evitar resbalones que impactan en la (aún sólida) credibilidad y legitimidad de la próxima administración parece ser la receta a aplicar para revertir la creciente percepción, insistamos, de que la “terca realidad¨ acabará empañando su cada vez más inminente arranque.
ASTERISCOS
* Generalizado cierre de filas del episcopado y la comunidad católica en torno al arzobispo emérito de México, cardenal Norberto Rivera Carrera ante los reprobables hechos ocurridos ayer, a las puertas de su hogar en la colonia Florida, que, lamentablemente, cobraron la vida del agente José Javier Hernández Nava, su custodio. Esclarecer lo sucedido, la exigencia.
* Una veintena de obispos y arzobispos del país, por otra parte, se sumó a manera de participantes a las marchas organizadas por el colectivo #OlaCeleste que, el sábado, sacó a más de un millón de personas a las calles en 140 ciudades, para exigir al presidente electo y los suyos, dejar de lado su pretensión de legalizar la práctica criminal del aborto a nivel nacional.
* A través de un comunicado difundido ayer vía redes sociales, la mayoritaria bancada de Morena en San Lázaro confirmó su decisión de avalar el desafuero de su impresentable par Cipriano Charrez, quien se viera involucrado en un accidente vial en que perdió la vida un joven de 21 años en Hidalgo y cuya escena abandonó, para que enfrente a la justicia. Bien.
Veámonos el miércoles, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP
Información Excelsior.com.mx