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Durante su conferencia de prensa del 25 de abril pasado, un reportero le preguntó al presidente Andrés Manuel López Obrador si durante sus viajes por el país se portan bien con él los criminales. La respuesta dejó boquiabiertos a muchos: “Pero siempre, no es solo ahora. Iba yo a todos los pueblos… y siempre a ras de tierra. Todos eran respetuosos… Y claro que a veces uno se encuentra con gente extraña, pero respetuosa… las agresiones que se dan en el país por lo general ocurren entre los grupos; afortunadamente, se respeta a los ciudadanos…”.
Su increíble respuesta circuló por todo el mundo gracias a la agencia de noticias AP, que difundió la declaración presidencial en un texto que encabezó así: “El presidente mexicano afirma que los grupos criminales son ‘respetuosos’ y ‘respetan’ a la ciudadanía’”.
La nota añade que “López Obrador ha rechazado durante mucho tiempo confrontar directamente a los cárteles, quienes, según él, se vieron obligados a cometer actos criminales por falta de oportunidades. En el pasado, también pareció normalizar la presencia de las pandillas, alentando a los mexicanos a negociar pactos de paz entre los cárteles. Pero decir que los cárteles no atacan a los ciudadanos comunes lleva el asunto a un nuevo nivel”.
¿En qué pensaba Andrés Manuel cuando dijo lo que dijo? ¿Realmente cree que los criminales nos respetan?
Los criminales no respetan a nadie sino todo lo contrario, y sus actividades afectan de diversas maneras la vida de la mayoría de los mexicanos, según múltiples estudios realizados por organizaciones nacionales e internacionales.
El hecho de vivir en un país donde se proyecta que durante el sexenio de AMLO se habrán cometido 199,566 asesinatos, más que en ningún otro que lo precedió, afecta psicológicamente a millones de personas. Un estudio indica que el 33% de quienes viven en zonas violentas muestran signos de estrés postraumático. Otros estudios señalan que la desintegración del tejido social es mayor en zonas donde el miedo y la desconfianza son prevalentes.
Los delincuentes afectan económicamente a todos los mexicanos, no solo a los que asaltan, roban o extorsionan. Según el Instituto para la Economía y la Paz, en 2022 el impacto económico de la violencia en México fue de 4.6 billones de pesos, equivalentes al 18.3% del PIB. Este impacto fue seis veces superior a las inversiones públicas realizadas en salud y más de cinco veces superior a las realizadas en educación en ese año. Todo esto afecta y afectará el bienestar de todos por muchos años.
La extorsión y el cobro de “derecho de piso” a negocios afectan la economía y nuestros bolsillos. Muchas empresas y empresarios pagan protección y cuotas diversas a los delincuentes para evitar represalias. Esto provoca el cierre de negocios, la pérdida de empleos, menor inversión en las regiones afectadas y el aumento de precios de muchos productos, incluyendo los alimentos básicos.
¿Mintió AMLO el 25 de abril o, lo que sería peor, realmente cree que lo que dijo es cierto. ¿Es el presidente de México alguien que nos quiere hacer creer que algo falso es verdadero o un hombre que dejó de estar conectado con la realidad? Solo él y sus más allegados tienen la respuesta a esta pregunta. Sea la que sea, todos debemos preocuparnos.
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Información Radio Fórmula