Por Víctor Beltri
AMLO no es un peligro para México, pero sí es un riesgo. No dicho por sus detractores, sino por la calificadora Fitch Ratings, una de las tres más importantes del mundo junto con Moody’s y Standard & Poor’s. Lo dice con claridad y contundencia: “Los resultados de las elecciones presidenciales próximas podrían plantear riesgos en términos de políticas macroeconómicas. Bajo una administración del candidato de izquierda, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), no podrían descartarse riesgos relativos a una implementación más lenta de reformas (en especial, en el sector de energía), la reorientación de las políticas económicas hacia una mayor intervención del Estado, así como un aumento del gasto fiscal. Como resultado, la volatilidad del mercado financiero podría intensificarse antes o después de las elecciones del 1° de julio, lo que representaría otra limitante para el crecimiento y la inversión”.
AMLO no es un peligro para México, pero el movimiento que ha creado sí podría serlo. Morena tiene una cara que no está oculta, pero sí opacada, por el fulgor del líder y sus apóstoles más cercanos: mientras que el Mesías promete amor y paz, Dimas fulmina con su carisma en Twitter y Gestas promete desarrollo económico y castillos en el cielo. Los adversarios se convierten, los actos se llenan de guirnaldas de flores, los intelectuales deciden mirar a otro lado mientras describen a la gente —arrebatados— lo hermoso que luce el nuevo traje del emperador.
Ésa no es la Morena real, sin embargo. Fitch Ratings encuentra riesgos relativos a una eventual “implementación más lenta de las reformas”: no sabe, sin duda, que lo que Andrés Manuel ha prometido a la Morena real es algo completamente distinto. Fitch Ratings estima que el riesgo de la implementación más lenta podría conjurarse con garantías constitucionales en algunas de las reformas estructurales: la Morena real espera que las reformas no ocurran en absoluto. En palabras de Paco Ignacio Taibo II: “Ni un pinche paso atrás: ni la reforma educativa ni la reforma energética ni la ley de playas ni la reforma a la ley hacendaria. El mensaje que lanzamos de hace mucho tiempo, dentro y fuera de Morena, y no es propiedad de Morena, es propiedad de esta sociedad que mayoritariamente lo apoyó, es abajo todas las pinches reformas neoliberales”. Ésa es la Morena real.
Un lobo con piel de cordero. López Obrador muestra una cara en público —que Fitch Ratings encuentra, ya mismo, riesgosa— y otra muy distinta cuando se encuentra entre los suyos. “Porque que yo recuerde hasta ahora, el último congreso y los tres últimos consejos nacionales de Morena se ratificó plenamente la de que hay que echar abajo la Reforma Energética. Y esa demanda es nuestra, no sólo es de Andrés que lo dijo muchas veces”, según el mismo Taibo II.
¿Cuál es el Andrés Manuel real? ¿El estadista mesurado que describen Clouthier y Romo, o el que ha realizado promesas que tienen a su base —la Morena real— esperando la destrucción de las estructuras del gobierno mexicano? Andrés Manuel amenaza con un tigre que conoce tanto como quien lo ha alimentado y visto crecer. También de Taibo II: “El movimiento no debe subordinarse a la lucha electoral, que el movimiento debe mantener su espacio, su autonomía y, sobre todo, sus demandas. Y que formando parte y usando la lucha electoral como un artículo más de destrucción de la estructura del gobierno mexicano actual tiene que integrar sus elementos”.
AMLO no es un peligro para México, pero sí lo es el rencor que impide reconocer que el emperador está desnudo. El rencor que impide reconocer que sus propuestas económicas son irrealizables, pero que —además— lo que ha prometido a su base es exactamente lo contrario; que su “constitución moral” es más propia del líder de una secta que de un jefe de Estado; que se ha rodeado de impresentables que irán en el paquete, que su única ambición —desde hace casi dos décadas— es llegar al poder. Un poder al que, ahora, declina reelegirse: ya veremos, más adelante, cuál será la opinión del pueblo bueno.
AMLO no es un peligro para México. Es que no lo quieren porque habla chistoso. Información Excelsior.com.mx