Por Enrique Aranda
Más de una ocasión en las últimas semanas, en el marco de la aterciopelada transición del Ejecutivo que protagonizan el saliente gobierno del presidente Enrique Peña Nieto y el entrante de Andrés Manuel López Obrador, la nota discordante ha corrido a cargo de un poder distinto, el Judicial en este caso, y más, de la Suprema Corte de Justicia, cuyos integrantes, para decirlo pronto, no parecen acabar de entender ni estar de acuerdo con la política de austeridad anunciada por el ya ahora Presidente electo.
Tan evidente parece ser esto que, hoy mismo, los gobiernos, saliente y entrante, no acaban de encontrar la manera de cuadrar los (supuestos) “ahorros” que Luis María Aguilar Morales está ofreciendo para el próximo año fiscal 2019, dado que, como se recordará, fue el mismo ministro presidente quien propuso a López Obrador entregarle algo más de 5,000 millones de pesos, producto de lo que en la Corte identifican como “economías”, cuando, en realidad, no son otra cosa que subejercicios presupuestales, esto es: dinero presupuestado de manera excedente que luego no es utilizado y, ahora, se pretende presentar como “ahorros”.
Este tipo de operaciones en el entorno del máximo tribunal judicial no es en nuevo. Ya en 2016, vale recordar el manejo de recursos producto de subejercicios que generó una agria polémica pública cuando, sin más, la Corte trató de depositar tales excedentes presupuestales en un fideicomiso para no tener que devolverlo a la Tesorería de la Federación, como habitualmente ocurre en todos los casos que se presenta una situación similar.
Más. Los gastos y dispendios del Poder Judicial de la Federación en tiempos recientes no han tenido límite. Desde la creación de “Ciudad Judicial” para el nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio, proyecto para el que no hubo licitación, hasta la compra de numerosos inmuebles, se afirma, sin conocerlos siquiera físicamente. Ni qué decir de que apenas en febrero de 2017, al director de Adquisiciones del Consejo de la Judicatura Federal, Francisco Javier Pérez Maqueda —vecino, por cierto, del ministro Aguilar Morales— le fueron encontrados, en un vehículo que tenía asignado y en las instalaciones de la propia Judicatura, en Jardines de la Montaña, más de 4 millones de pesos en efectivo, según reportes públicos de diversos medios, Excélsior, entre otros. Un asunto, hasta hoy, no debidamente esclarecido…
Interesante, pues, será ver cómo la Suprema Corte de Justicia de la Nación se acomoda a los nuevos tiempos, aunque, por lo pronto, aceptemos, mal comienza dando a conocer cuentas alegres sin subsanar los temas de fondo que, lamentablemente, ocupan la atención de la ciudadanía.
ASTERISCOS
* ¡Vaya dura y atinada crítica! la que, a la jalisciense Mirelle Montes, aspirante ahora a presidir el CEN panista, mereció la (cínica) autodesignación como líder senatorial que protagoniza ahora Damián Zepeda, de quien dijo: “Sigue sin entender que su ambición personalísima por espacios de poder, dañan al partido, al que ha asumido como de su propiedad… y en nada abonan a la (necesaria) unidad de Acción Nacional”.
* A contrapelo de lo que ella misma explicó, ahora se sabe que la decisión de Tatiana Clouthier de no aceptar la subsecretaría de Gobernación que le ofreció el Presidente electo obedeció más a su público rechazo a la nominación del cuestionadísimo Manuel Bartlett como próximo titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que a motivos familiares…
* A partir de hoy, el Fondo Nacional para el Consumo de los Trabajadores (Fonacot), de César Martínez Baranda, activa un sistema digital, gracias al cual los trabajadores formales podrán realizar el trámite para la obtención de créditos de la institución, lo que les permitirá ahorrar tiempo al ser atendidos en cualquiera de los 108 puntos de atención existentes en el país.
Veámonos el miércoles, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP
Información Excelsior.com.mx