Por: Yuriria Sierra
Son ese par que históricamente se han encontrado en esquinas extremas. Y, sin embargo, como si estuvieran tocándose la yema de los índices desde hace por lo menos 18 años. Uno es expresidente, para unos, el mejor; para otros, lo peor que le pudo pasar a México. Lo aman o lo odian. El otro ha intentado ya dos, casi tres veces, llegar a Los Pinos, sabiendo que despierta exactamente aquellos mismos sentimientos: igual lo odian y lo aman. Carlos Salinas de Gortari y Andrés Manuel López Obrador son vistos como enemigos porque, al menos uno de ellos, no ha querido soltarlo desde hace un par de décadas. Pero quizá se parecen más de lo que ninguno de ellos estaría dispuesto a aceptar. Y, acostumbrados como están ambos a la política como un “conjunto de señales”, más de una vez invitan a pensar que ambos se están sacando, mutuamente, una bandera blanca… Me explico:
Andrés Manuel ha utilizado el nombre (“innombrable”) de Salinas como el pretexto perfecto, como coartada para achacarle todos los males de este país durante 18 años. Lo ha llamado cabeza de la “mafia en el poder”. Es la causa de todos nuestros males, dice. Ahora mismo lo había vuelto a traer a colación, tras el escándalo de Eva Cadena, la excandidata morenista a la alcaldía de Las Choapas, Veracruz, que recibió 500 mil pesos en efectivo que fueron enviados, justamente, a AMLO. En una primera reacción aseguró que su mejor escudo es la honestidad y que todo era una “trampa” de la “mafia en el poder, Salinas, Fox, Calderón, etcétera”. Pero después corrigió y apuntó sus lanzas contra “Yunes y Osorio Chong” como los artífices del envío de dinero para su, hasta ayer, candidata a la alcaldía. Y no sólo eso: curiosamente, hace un par de semanas, el mismo López Obrador, en un evento también en Veracruz —ese estado de Javier Duarte y de Eva Cadena— en el que estaba acompañado de su ahora inseparable Alfonso Romo, un empresario que siempre se ha jactado de su amistad con Salinas de Gortari, y López Obrador nos sorprendió con una inesperada respuesta a pregunta expresa de un reportero sobre la amistad entre su “acérrimo enemigo” y su ahora cercanísimo asesor: “Miren, los amigos de mis amigos… son mis amigos…”. Lo dijo así y quedó grabado para la posteridad en un video que ya circula en redes sociales.
La enemistad AMLO-Salinas le ha sido redituable al ya tres veces aspirante presidencial, pues no ha habido campaña en que la figura del expresidente no sea utilizada para sostener alguno de sus discursos. Sin embargo, parece que a las nuevas generaciones, a los millennials, el nombre de Salinas ya no les dice demasiado y tal vez por eso López Obrador esté: a) revalorando la utilidad discursiva de mantener su enemistad, o bien, b) evaluando la conveniencia de ondear una bandera blanca en esa guerra que ya parece muy gastada.
Ayer mismo se lo pregunté a Salinas de Gortari, en el foro de Imagen Televisión. Han sido 18 años en los que López Obrador no lo ha soltado como su némesis por excelencia.
“¿Carlos Salinas de Gortari es la cabeza de la ‘mafia en el poder’?”, como dice AMLO —le pregunté. Tras un breve silencio, Salinas me responde: “… Es ocurrente…”. Salinas le dedicó casi un elogio a Andrés Manuel, no dijo más. A pesar de que, en el pasado, también había hablado hasta el cansancio del populismo y otros sambenitos que acompañan a la figura de López Obrador. Nada más: “Es ocurrente”.
¿Carlos Salinas de Gortari va a ser factor en 2018?, también cuestioné al expresidente, después de todo, López Obrador va por su tercera candidatura: “Yuriria, yo veo, como es normal en todo proceso de renovación mandado por nuestra Constitución, a diferentes corrientes, diferentes personalidades. Aspiran a lo que yo ya tuve el honor de haber sido (…) Hay momentos que son los de hablar y otros que son los de reflexionar…”. Ya no me quiso decir si hoy está reflexionando por quién votará. No me dijo que votará por el PRI, como lo hubiera hecho en cualquier otro momento.
Es ocurrente, dice Salinas de Gortari de Andrés Manuel. Es “amigo de su amigo” y, por tanto, su amigo, dijo AMLO del expresidente. A lo mejor ya le agarró cariño por tanto que lo ha ayudado a mantener vigente su discurso. O, tal vez, como dice el dirigente de Morena, efectivamente, Salinas “está detrás de todo lo que pasa en el país”: en una de ésas, también detrás de AMLO (obvio, es broma, pero lo cierto es que huelo vientos de distensión entre los dos personajes más relevantes de las últimas tres décadas en el país. Ya veremos).
Información Excelsior.com.mx