El diario The Wall Street Journal, señala que Andrés Manuel López Obrador no parece haber renunciado a su sueño de revivir el corporativismo mexicano, en el que el gobierno interviene considerablemente en la economía.
Andrés Manuel López Obrador se está lanzando como el candidato anticorrupción, sin embargo, su planteamiento de dar amnistía a los capos del narcotráfico a cambio de paz con los cárteles pone en duda su credibilidad, en un país que necesita fortalecer su Estado de derecho, afirmó el diario estadunidense The Wall Street Journal.
En su artículo The Reinvention of Mexico’s López Obrador, la periodista Mary Anastasia O’Grady plantea que este 2018 será un año muy importante para México, con una elección presidencial, en la que por tercera vez que se postula el candidato de 64 años de edad, y en esta ocasión se proyecta como un luchador contra lo que llama “el sistema corrupto”.
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Destaca que México es una nación cada vez más urbanizada con una creciente clase media que se ha beneficiado ampliamente de la modernización económica de las últimas tres décadas.
“López Obrador ha pasado toda su vida en la política combatiendo este cambio. Desde desregularización hasta reformas constitucionales en energía, banca, telecomunicaciones y comercio, ha estado consistentemente en el lado equivocado de la historia”, lamenta.
Además, asevera que el político tabasqueño no parece haber renunciado a su sueño de revivir el corporativismo mexicano, en el que el gobierno interviene considerablemente en la economía.
“Pero sí reconoce que sus instintos económicos son un riesgo en una elección nacional. Así que los está disimulando y se presenta como un moderado que vencerá al capitalismo perverso y será un campeón de la justicia social”, abunda en la publicación.
Anastasia O’Grady añade que López Obrador tiene importantes contradicciones entre su agenda económica y las aspiraciones de la joven nación, además no siempre es percibido por los mexicanos como “el mesías perfectamente limpio que pretende ser”.
En el diario de la unión americana la periodista refiere que el morenista al paso de los años ha ganado una reputación de ser un populista demagogo que utiliza las calles cuando las instituciones democráticas bloquean su camino al poder.
“Después de perder la elección presidencial por un estrecho margen en 2006 ante Felipe Calderón, organizó bloqueos e instaló un campamento en la Ciudad de México para protestar. Cuando perdió en 2012 ante Enrique Peña Nieto volvió a denunciar fraude. En 2014 lanzó un nuevo partido socialista llamado Movimiento de Regeneración Nacional, o Morena”, recuerda.
Agrega que la plataforma de López Obrador promete estabilidad económica y fiscal a la vez que redirige más recursos gubernamentales a infraestructura y gasto en atención médica, pensiones y educación para fomentar el crecimiento económico, sin embargo, hay poca evidencia empírica de que los países creen riqueza a través del gasto público y transferencia de pagos.
Indicó que también existen razones para dudar del compromiso de López Obrador con la moderación, ya que la “declaración de principios” de Morena, afirma que la liberalización de la economía es parte de un “régimen de opresión, corrupción y privilegios”.
“Y que es el trabajo de ‘un verdadero Estado mafioso construido por una minoría de poder político y económico concentrado en México. Si eso es lo que López Obrador cree, arreglarlo parecería requerir más que la revolución socialista que él propone”, apunta.
El intento de López Obrador de tildarse a sí mismo como el parangón de rectitud no se está vendiendo en todas partes, indica, pues en Iguala, Guerrero, los lugareños son particularmente suspicaces, de acuerdo con un reporte del periódico estadounidense La Opinión.
Refiere que los residentes de Iguala dijeron a La Opinión que un grupo de narcotraficantes se mudó a la ciudad después de que José Luis Abarca se convirtiera en alcalde con el respaldo de López Obrador; incluso, uno de los residentes manifestó a ese medio que López Obrador ignoró las advertencias de los pobladores de que Abarca tenía vínculos con la delincuencia.
López Obrador ha declarado que era algo con lo que no tuvo nada que ver y por el contrario ha acusado al Ejército, y por extensión al gobierno federal, de complicidad en las desapariciones, recuerda la columnista estadunidense.
“Afirma que si gana las elecciones formará una comisión para investigar lo sucedido, y ‘dar protección’ a quienes han sido arrestados porque ‘hay muchas dudas’. Ha negado conocer a Abarca, aunque han salido a la luz fotografías de los dos juntos. Él dice que a menudo es fotografiado con extraños”, agrega la editora. Información Noticias Mvs