Recientemente se dio a conocer que Alfie Lamb, un pequeño de 3 años de edad, murió al ser aplastado por el asiento de un automóvil.
Aunque eso ya es terrible, lo es más saber que no fue un accidente.
La madre del niño, Adrian Hoare y Stephen Waterson, su pareja de 23 años consideraron que el niño estaba muy inquieto y decidieron ‘darle una lección”.
Sin pensar en las consecuencias, el hombre reclinó el asiento del automóvil y comprimió al niño, quien falleció tras sufrir un paro cardíaco por quedarse sin aire.
De acuerdo con información de medios locales, para encubrir el crimen, Hore mintió y dijo que habían subido a un taxi y al llegar a su destino Alfie ‘ya no despertó’.
Sin embargo, una grabación de una cámara de videovigilancia, captó que antes del hecho los tres entraron al auto familiar sin mayor problema, lo que los hizo indagar sobre lo que había pasado al interior del vehículo.
La muerte del menor fue causada por el asiento del pasajero delantero del vehículo Audi, el asiento de Waterson, que fue fue empujado hacia atrás para reducir el espacio para los pies, pero él sabía que ahí estaba Alfie”, dijo el fiscal que llevó el caso. Información Excelsior.com.mx