Por Enrique Aranda
Empeñado en mantener una presencia protagónica —“y, aunque declinante, hasta de cierta influencia…”— en el entorno político, el siempre polémico Porfirio Muñoz Ledo parece decidido a apostar “su resto”, si fuera necesario, en aras de conseguir tal propósito…independientemente, incluso, de que ello le confronte con Andrés Manuel López Obrador y su gobierno o, peor, con Morena, el partido al que pertenece en la actualidad.
Con sus 86 años a cuestas, cumplidos (apenas) ayer, el controversial político y diplomático, que igual militó y encabezó el Partido Revolucionario Institucional (1954-1987), el de la Revolución Democrática (1989-1999), que ayudó a fundar y lideró; en el Auténtico de la Revolución Mexicana (1999-2000) y (hasta en) el del Trabajo (2006-2018), apuesta ahora por mantenerse al frente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, aun sabiendo que su eventual permanencia no sólo confrontaría al grupo parlamentario de su partido, el partido-gobierno, con sus contrapartes en San Lázaro, sino, más, que sería claramente ilegal.
Conocedor como pocos del sistema político (en proceso ahora de reconstrucción) y experimentado operador, el exsecretario del Trabajo y también de Educación durante la gestión del populista Luis Echeverría Álvarez, primero, y de José López Portillo, en el segundo caso; embajador durante el foxismo panista en la Unión Americana y en Europa, Muñoz Ledo evidencia, cada vez con mayor claridad, que si de “pelear” por la posición se trata, él lo hará, sin importar que para ello deba cuestionar políticas del gobierno —la de franca sumisión adoptada frente a Estados Unidos en materia de migración o, también, la ilegal y antidemocrática maniobra realizada en Baja California para ampliar de dos a cinco años el gobierno emanado de sus filas— y, en su momento, al Presidente mismo…
Huelga decir que, definidas así las cosas, independientemente, incluso, de que el coordinador de la mayoritaria fracción morena, el ebradista Mario Delgado, ofreció ya a la primera minoría representada por Acción Nacional que la Mesa Directiva será encabezada por uno de los suyos a partir de septiembre, como define la ley, no son pocos quienes estiman que Porfirio tiene no sólo la capacidad, sino la fuerza (política) para imponer su voluntad y dejar en el camino a Adriana Dávila, Marco A. Adame y hasta el impresentable Jorge Luis Preciado, por mencionar algunos, que aspiran y/o son mencionados para sucederlo…
No deberá pasar mucho tiempo, entonces, antes de que el gobierno y su partido, Morena, decidan —previa consulta a ya sabes quién, diría yo— si, en abono a mantener la unión entre los suyos en la Cámara baja, y en sus filas al emblemático personaje, apuestan por él o, en contrario, si apuestan por la armonía con sus contrapartes…
ASTERISCOS
* Digna de consideración la iniciativa de reforma a la Constitución mexiquense que para posibilitar el acceso de jóvenes al gobierno estatal como secretario de Estado, reduciendo a 25 años la edad mínima para ello, presentó el petista Javier González Zepeda. Su aprobación equipararía al Edomex con siete entidades —Baja California, Chiapas, Coahuila, Chihuahua, Michoacán, Morelos y Nayarit— que ya legislaron en tal sentido…
Veámonos el viernes, con otro asunto De naturaleza política. Información Excelsior.com.mx