Por José Cárdenas
Prepare las palomitas, la pelea estelar del fin de semana no será la del Canelo contra Golokvin sino la riña de morenistas “amloístas” contra morenistas radicales.
Pese a los cientos de impugnaciones por la elección interna de julio pasado, el partido en el poder celebrará su Tercer Congreso Nacional; se renovarán el Consejo Nacional y el Comité Ejecutivo, a excepción de la presidencia y la secretaría general.
Arderá Troya.
La chispa incendiaria será la propuesta del líder Mario Delgado para quitar la obligatoriedad de someterse al Consejo Nacional, cuya responsabilidad es definir las candidaturas a cargos de elección popular. ¿Entonces, quién las decidirá? Pues el líder del partido, o sea Mario Delgado, o sea, quien puso ahí a Mario Delgado.
El general en su laberinto
Esa y otras medidas, como la mayor libertad en el manejo de las finanzas, darán más poder a la dirigencia a modo del mandamás de Palacio.
Habrá cambio en los estatutos para expulsar militantes quienes, a juic
io presidencial, a través de la dirigencia, violenten la unidad del partido.
Con las modificaciones, Morena también dejaría de ser un partido de izquierda, para entregarse sin pudor al gobierno de la 4T.
Se dejará claro que el presidente, y más atrás los gobernadores, tendrán una participación más directa en la vida del partido gobernante.
Ante este nuevo libreto, seguramente redactado en Palacio, los morenos más puros se enchilan.
Por cierto, en el evento del domingo se darán cita Claudia Sheinbaum, la corcholata favorita de López Obrador, la solista, y las corcholatas de acompañamiento, Marcelo y Adán; Monreal no viene incluido en el paquete.
A lo mejor en una de esas, la batalla de Morena le gana audiencia a la pelea del “Canelo”. Información Radio Fórmula