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Disparó al menos en 20 ocasiones su pistola y dañó la barda de un predio de la colonia Alcalá Martín, causando pánico entre los vecinos / Amplia movilización policíaca
Jaime Lorenzo Martín Moguel, de 58 años de edad, con domicilio en el predio número 489 de la calle 59 entre 29 y 31 de la colonia Alcalá Martín, ayer miércoles se encontraba en estado de ebriedad y alrededor de las 2:00 de la madrugada efectuó más de 20 disparos con un arma de fuego, impactando las balas en los muros de los predios aledaños y posteriormente el briago fue detenido por agentes de la Secretaría de Seguridad Pública.
Según información recabada en el lugar del hecho, eran alrededor de las 2:00 de la madrugada cuando los vecinos escucharon cuatro o cinco detonaciones, pero no les dieron importancia, pensando que se trataba de petardos o bombitas.
Sin embargo, 10 minutos después escucharon otras siete u ocho detonaciones y sospecharon que se trataba de disparos de un arma de fuego, alrededor de 15 minutos después volvieron a escuchar los tronidos y no les quedaron dudas de que se trababan de balazos y dieron aviso a la policía a través del número de emergencia 911.
Los entrevistados relataron que después de la tercera andanada de disparos todo quedó en silencio, posteriormente el área se llenó de policías, entre los que se encontraban elementos de la Unidad Especializada en la Escena del Crimen de la Secretaría de Seguridad Pública, quienes acordonaron el área con una cinta amarilla, en particular el muro del predio número 503-B de la calle 29 entre 60 y 60-A de la colonia Alcalá Martín, donde se podían ver los daños causados por los impactos de 14 proyectiles; en la fachada del mismo domicilio se alcanzaban a ver otros 5 impactos de bala y cuatro más en el muro del domicilio de enfrente.
Cabe señalar que Martín Moguel estuvo ingiriendo bebidas embriagantes desde la noche anterior y, aparentemente, después de efectuar los disparos lo venció el cansancio y se durmió, pero alrededor de las 8:30 de la mañana salió al patio del frente del domicilio y utilizó una manguera para regar las plantas.
Sin embargo, al percatarse de la presencia de los uniformados se tornó violento, reclamó qué le veían, empezó a mentar madres a diestra y siniestra, dijo su nombre con todo y apellidos y desafiando a los policías afirmaba que nadie le podía hacer nada y no lo podían sacar de su casa.
Ante lo delicado de la situación y a sabiendas de que Jaime Lorenzo tenía en su poder un arma de fuego, los agentes de la SSP corrieron la cinta amarilla y acordonaron dos cuadras a la redonda.
Dos de los hijos del individuo acudieron al lugar y uno de ellos pedía que le permitieran hablar con su progenitor, argumentando que era su padre y que no lo fueran a lastimar, los policías le impidieron el paso, pero fueron en busca del responsable del operativo, quien le indicó al joven que no le podía permitir pasar por su propia seguridad y la de los elementos a su cargo, el muchacho permaneció en las cercanías.
Cabe destacar que era un ir y venir de policías, francotiradores apostados en las cercanías fuera de la vista de Martín Moguel, todos los policías portaban chalecos antibalas, incluidos los de la Unidad Especializada en la Escena del Crimen, que regularmente sólo recaban indicios y toman fotografías, en el sitio también se encontraba un número considerable de agentes de la Comandancia de Homicidios de la Policía Investigadora.
Repentinamente dos de los hijos de Jaime Lorenzo Martín se acercaron corriendo y uno de ellos dijo que ya había hablado con su papá, los uniformados primero les impidieron el paso, pero poco después al parecer el responsable del operativo les permitió el acceso.
Poco después los uniformados corrieron hacia la puerta del predio en cuestión y aparentemente Martín Moguel se entregó, los policías lo introdujeron al carro-patrulla 6029 de la SSP y luego el vehículo oficial partió rumbo al edificio central de la Policía Estatal.
Es importante destacar que se trató de un sujeto en estado de ebriedad y con mala noche que ocasionó disturbios en la vía pública, causó daños a un predio y afortunadamente no se registraron lesionados o desgracias personales, pero dada la cercanía con el Consulado Norteamericano las redes sociales distorsionaron el evento y causaron alarma entre la población, pero si el propietario del predio dañado acepta que le reparen el muro y no denuncia el hecho o si otorga el perdón no hay delito que perseguir, y si tiene el arma registrada y no es de un calibre de uso exclusivo del Ejército y las Fuerzas Armadas, será tan sólo una falta administrativa que amerita un arresto de 24 horas para que posteriormente el detenido recupere su libertad. Información PorEsto
