Por Francisco Garfias
El panista Juan Carlos Romero Hicks se acercó al llamado “corral de la ignominia” (palco de prensa) después de una larga plática en los pasillos del Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados con la priista Ana Lilia Herrera.
El coordinador de los diputados del PAN sabía perfectamente que los cambios a la minuta sobre la Guardia Nacional, que en ese momento se discutía, habían sido aceptados casi unánimemente, por instrucciones del ocupante de Palacio Nacional.
El tema surgió por el cambio de tono que se observaba en los posicionamientos de los legisladores de Morena y sus aliados oficiales del PT y el PES a favor de la minuta que oficializa el mando civil de la Guardia Nacional, que otrora rechazaron.
Les bastó la opinión emitida por AMLO para modificar discurso y voto.
Sin mucho reflexionar, Romero Hicks soltó una dura crítica al gobierno de AMLO. “Dependemos del manotazo de un hombre. Vivimos en una dictadura legitimada”, puntualizó.
No parecía el mismo que minutos antes, en tribuna, había celebrado el acuerdo unánime de las fracciones sobre la minuta de la Guardia Nacional. Lo hizo con un elogio a López Obrador: “¡Así sí, señor Presidente!”.
Añadió: “Se demostró que se pueden construir acuerdos y lograr el consenso, haciendo a un lado criterios espurios de partido-ideología”.
Mas tarde, en redes sociales, el diputado azul aclaró que lo aprobado no es un “cheque en blanco” al gobierno de la 4ª T, y lamentó que no se haya modificado el término Guardia Nacional por el de Guardia Civil “para evitar confusiones”.
- En la tribuna se daba trámite a la aprobación, sin cambios, de la minuta sobre la Guardia Nacional.
El clima era de entendimiento, de celebración. Rostros relajados, sonrisas a flor de labios. Se veían como cuates. Estaban contentos.
Ese estado de ánimo se reflejó después en el tablero electrónico: 463 votos a favor.
Sólo hubo un voto en contra de la diputada sin partido, Ana Lucía Riojas Martínez. A la mujer le pareció que las audiencias públicas realizadas alrededor de un tema tan delicado como el de la Guardia Nacional fueron una “simulación”.
El coordinador Mario Delgado, los morenos y sus aliados de la Coalición Juntos Haremos Historia habían entendido, por fin, lo que quería López Obrador.
Fueron necesarios los elogios y la satisfacción manifestada por el Presidente de la República por la unanimidad conseguida en el Senado nueve días antes, para que los guindas en San Lázaro supieran por dónde venía la jugada.
Delgado, otrora favorable al mando militar en el nuevo cuerpo de seguridad, calificó la minuta que le regresaron del Senado de “valiente, innovadora y realista”.
Llamó a la Guardia Nacional “una policía de alcance nacional”, y se atrevió, incluso, a vaticinar que los delincuentes “no nos volverán a robar la tranquilidad”.
En el mismo discurso, sin embargo, el diputado de Morena dijo que la Guardia Civil no será suficiente para pacificar el país.
“Se requiere un plan para fortalecer las instituciones municipales y estatales, seguir fortaleciendo la Fiscalía General y, sobre todo, retomar el Plan de Seguridad del gobierno federal. Ir a las causas”, dijo.
- El Partido Encuentro Social, de corte evangélico, aliado de AMLO, recurre a lo que puede para que le devuelvan el registro que perdió el pasado 1º de julio, por no alcanzar oficialmente el 3 por ciento de la votación nacional.
Una buena parte de los 29 diputados que tiene el PES en San Lázaro tomaron la tribuna mientras hablaba su compañero Eudoxio (¡ah, pa’ nombrecito!) Morales para mandar, desde allí, un mensaje a los magistrados del TEPJF: “¡El PES vive, la lucha sigue!”, gritaron a coro.
Eudoxio dijo en el micrófono:
“El Partido Encuentro Social está más vivo que nunca. Somos 29 diputados, cinco senadores, más de 100 presidencias municipales y más de mil 500 regidores municipales”.
El PES alega que tenía más votos en las urnas que los que se registraron inicialmente, pero que el INE no quiso abrir los paquetes que impugnaron como partido.
Hugo Eric Flores, presidente de esa agrupación política, está convencido de que el sistema de medios de impugnación está diseñado para anular casillas y anular elecciones. “No es lo que el PES pretendía, sino que se recontaran las casillas anómalas”, puntualiza.
- No pasa un día sin que tengamos una mala noticia económica o financiera. Ayer se supo que el gobierno federal pagó 34 mil 27 millones de pesos para liquidar el Fideicomiso de Inversión y Bienes y Raíces del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México que se dejó de construir en Texcoco, por voluntad del mismo hombre.
A ese dinero, tirado literalmente a la basura, hay que sumarle los mil 800 millones de dólares (otros 34 mil 704 millones de pesos al cambio actual) utilizados para la recompra de bonos del NAIM que se vendieron en la Bolsa de Valores de Nueva York, operación que se hizo en diciembre pasado.
El miércoles se informó que el Banco de México bajó la expectativa de crecimiento del PIB de 1.7 y 2.7 a 1.1 y 2.1 para el primer año del gobierno de AMLO.
El martes supimos que disminuyó la producción de petróleo a menos de un millón 700 mil barriles y así podríamos seguirle…
- Ayer hubo una sensible baja en el Senado. Toño Álvarez Lima pidió licencia. Va a cumplir el encargo que le hizo el Presidente: dirigir el Canal Once.
Los que lo vieron, lo describen sonriente, cordial, grillo. De mano se despidió de los senadores uno por uno. Le regresaron un aplauso generalizado.
Desde su escaño, Ricardo Monreal le rindió homenaje:
“Es un vacío el que vamos a experimentar. Inocupable. Porque Álvarez Lima es un hombre de Estado, pero, sobre todo, es incorruptible, sobrio, honesto, buen compañero”. Información Excelsior.com.mx