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Autos, moda y sinvergüenzas (bis)

Por Yuriria Sierra

Jeff Bezos se convirtió ayer en el nuevo hombre más rico del mundo, ha desbancado a Bill Gates. Al fundador de Amazon se le calcula una fortuna de mil 100 millones de dólares. Warren Buffett, otro de los millonarios de la lista de Forbes, decidió no heredar a sus hijos su fortuna de 75 mil 300 millones de dólares, sólo les dejará diez millones y el resto será repartido a fundaciones altruistas. La diferencia entre quienes hacen su fortuna con base en trabajo, innovación y demás aptitudes que permiten mejorar el entorno y quienes abusan de su posición de poder para engordar sus bolsillos, es la forma en que viven. Steve Jobs, por ejemplo, siempre fue visto con sus jeans, sus Nike y una playera de cuello alto color negro. Austero, sin más. Tristemente, si pensamos en ese otro grupo, de los que creen que el poder se luce con excesos, encontramos tantos ejemplos en nuestro país:

“Carlos Romero Deschamps le regaló a su hijo un automóvil que, más que ser de colección, es un símbolo del despilfarro y, sí, también de mal gusto. Un Enzo Ferrari con valor de 25 millones de pesos. Leyó usted bien, 25 millones de pesos que, sí, también imagina usted bien de dónde habrá salido tal cantidad de dinero para comprar un automóvil (…) Ya el año pasado él había dado una nota similar cuando se supo que su hija se daba la gran vida (a veces en compañía de su padre) viajando por todo el mundo, alquilando aviones privados o en vuelos comerciales, en primera clase, por supuesto; comiendo en los restaurantes más exclusivos, donde una botella de vino puede costar hasta diez mil pesos y vistiendo de las marcas más exclusivas…”, escribí esto en 2013, cuando aquel regalo para su hijo, del hoy senador del PRI y líder del sindicato petrolero, se volvió nota nacional. Y cómo no iba a volverse un escándalo, si más de medio país vive en pobreza. Qué sintomático y triste, muy triste, que para muchos la función pública sea una mera vía para darse una vida tan ostentosa que ralla en lo absurdo. Caray, ¿para qué carajos quieren un auto de 25 millones de pesos?

Desde entonces no hemos parado en sorprendernos: los relojes de 300 mil pesos de César Camacho Quiroz, los viajes en primera clase de legisladores panistas, las casas de precios exorbitantes. Al hoy senador del PRI, antes gobernador de Quintana Roo, Félix González Canto, se le documentaron viajes a Dubái, donde una noche de hospedaje cuesta entre 33 mil y 67 mil pesos. La misma afición tienen los hijos de Luis Armando Reynoso Femat, exgobernador de Aguascalientes, acusado de peculado. Ni qué decir de la fortuna que se planearon Javier Duarte y su esposa, Karime Macías. En 2009 nos indignamos con los tenis de 11 mil pesos del diseñador Louis Vuitton, de Andrés Manuel López Beltrán, hijo de AMLO.

Hace tres años, Heliodoro Díaz Aguirre, exsubdirector Jurídico de Liconsa, y su papá, Heliodoro Díaz, entonces titular de la Subdirección de Control Interno del Infonavit, tuvieron que renunciar a sus puestos por la polémica que se generó porque el primero recibió del segundo un Porsche Cayman color amarillo, valuado en un millón 440 mil pesos, como regalo de Navidad. Eso sí, aquél se quedó con el auto.

Ayer trascendió que José Carlos Romero Durán, hijo del líder petrolero, fue visto en un Ferrari cubierto de oro en Mónaco. Luego supimos que el auto no era de él, al menos. Semanas antes, a su hermana se le vio casarse en una boda tan ostentosa que sus accesorios (unos brazaletes Cartier) estaban valuados en dos millones de pesos. Y lo curioso es que lo que despierta este tipo de información es el mismo enojo de siempre: porque vemos a mexicanos cuya fortuna se la deben a su paso por la función pública, representándonos en el mundo con la mayor frivolidad. Un país con tanta desigualdad no puede tener a estos personajes que se jactan de su chafísima seudo señal de mando y poder. Como si en el tener les aderezara y engrosara sus cualidades como funcionarios… O tal vez porque es la única manera en que se les ocurre tapar la falta de éstas…

Información Excelsior.com.mx

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