El Partido Comunista de China (PCCh), que celebra desde ayer su XIX Congreso, ha prometido intensificar la lucha contra la corrupción, una de sus mayores lacras, después de haber sancionado a más de un millón y medio de miembros en los últimos cinco años.
“En la lucha contra la corrupción no hay zonas prohibidas (…) ni tolerancia que mostrar”, afirmó hoy de forma taxativa el subsecretario de la Comisión Central del PCCh para Inspección y Disciplina, Yang Xiaodu, durante un encuentro con la prensa un día después de la apertura del XIX Congreso de la formación.
Vamos a intensificar nuestros esfuerzos para frenar la corrupción”, agregó el representante gubernamental, quien aseguró que se “fortalecerá la disuasión” entre los funcionarios del partido para que éstos rechacen este tipo de prácticas.
Yang aseguró que China va a mantener una “posición férrea” y que seguirá castigando la corrupción “firmemente”, tras revelar algunas cifras sobre la campaña anticorrupción llevada a cabo por el Gobierno en los últimos cinco años.
En esa misma línea se expresó ayer el miércoles el presidente chino y secretario general del Partido, Xi Jinping, quien subrayó en el discurso de apertura del Congreso que el PCCh ha luchado contra los malos hábitos de sus altos cargos y cumplido con su papel contra una lacra que China parece estar resuelta a erradicar.
En este XIX Congreso se prevé que se ratifique a Xi, secretario general del partido, como núcleo de la formación y se espera que acreciente su poder y prestigio con la inclusión de sus teorías en la constitución del PCCh.
“Xi ha mostrado su determinación en la lucha (anticorrupción) porque este tema afecta a los mismos cimientos de la legitimidad del Partido Comunista”, declaró Li Da-jong, director del Instituto de Posgrado en Estrategia de la Universidad Tamkang de Taiwán.
La gente odia la corrupción, los privilegios y el favoritismo (…) Si no se muestra determinación y resultados está en peligro el Gobierno del PCCh”, agregó.
No obstante, según Li, “es innegable que Xi ha utilizado esta campaña para lograr beneficios personales, tales como eliminar oponentes políticos y consolidar su control”, con lo que se suma a una línea de pensamiento común a otros analistas extranjeros.
Otra de las claves del Congreso comunista será si el responsable de la Comisión Central de Inspección y Disciplina y artífice de la campaña anticorrupción, el poderoso Wang Qinshan (de 69 años), se jubilará o se aprobará una excepción a las normas sobre retiro de los líderes por motivos de edad.
La hipotética continuidad de Wang no se trató en la conferencia de prensa, a pesar de ser una de las mayores incógnitas de la cita quinquenal y de ser una de las figuras del partido que mayor poder ejerce.
China ha castigado en la última media década a más de un millón y medio de funcionarios, mientras que 2.67 millones de miembros del PCCh fueron investigados y 58,000 casos fueron a los tribunales.
Otros 440 altos cargos y militares de primer rango han sido investigados por la comisión, según Yang, dentro de la campaña lanzada por el Gobierno hace cinco años, que no sólo ha afectado a los funcionarios de primera línea -conocidos como “tigres”- sino también a los de base -“moscas”-.
De entre ellos, 43 procedían del Comité Central del PCCh –formado por los 200 miembros con más poder del régimen- y 9 eran de la propia Comisión Central para Inspección y Disciplina, el brazo anticorrupción del partido.
Yang recordó algunos de los casos más sonados, como los del exministro de Seguridad Pública Zhou Yongkang, el de Bo Xilai (el dirigente chino más conocido encarcelado por este delito) o el exgeneral Guo Boxiong, todos ellos condenados a cadena perpetua por corrupción.
Por su parte, el viceministro del Departamento de Organización del Comité Central del PCCh, Qi Yu, también enumeró hoy un gran número de medidas aplicadas por la formación para instaurar un mayor control en la elección de sus delegados, lo que a la larga podría evitar futuros casos de corrupción.
Por ejemplo, durante la reciente elección de delegados a nivel municipal, provincial y nacional, más de 9,300 no fueron promocionados por incumplir con los requisitos exigidos por el partido en materia de “integridad política, moralidad, comportamiento e incorruptibilidad”.
Además de todos sus esfuerzos a nivel interno, China también trabaja internacionalmente para capturar a los sospechosos que han huido del país acusados de delitos de corrupción. De los 100 casos comunicados a la Interpol, casi medio centenar ya han sido detenidos. Información Noticieros Televisa