Cien días: renuncias, presiones…

Por Enrique Aranda

Cien días apenas después de iniciada su polémica gestión, Andrés Manuel López Obrador podría estar enfrentando ya —“lo haga o no de manera pública”— la primera crisis grave de la naciente administración sexenal o, más específicamente, del gabinete, del que al menos tres de sus miembros habrían colocado sobre el escritorio presidencial sus respectivas renuncias… o del partido del gobierno, Morena, donde los desencuentros y pleitos son cada vez más inocultables.

Si bien es cierto que algunas de las primeras fueron desmentidas ya por el propio tabasqueño, hoy lo cierto es que a la vista del primer “corte de caja” sexenal, y en opinión de fuentes cercanas al primer nivel gubernamental o a los personajes directamente implicados, éstas se han reactivado en tal forma que, otra vez, proliferan versiones, según las cuales, tanto Alfonso Romo Garza, jefe de la Oficina de la Presidencia, como el cuestionadísimo Javier Jiménez Espriú de Comunicaciones y Transportes, o la secretaria fifí de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, habrían expresado ya su malestar y desencanto por la (supuesta o real) falta de apoyo, cuando no del bloqueo a su actuar, por parte de otros miembros del equipo o, simple y sencillamente, su desacuerdo con algunas políticas dadas a conocer tras el arranque del sexenio.

En los últimos días, en ese marco, cobró forma la especie de que quien, a decir de muchos, se ha destacado como el más eficaz funcionario del nuevo gobierno —“es un auténtico bombero…, diría alguno— el secretario Carlos Urzúa Macías, de Hacienda y Crédito Público, habría comentado la posibilidad no de abandonar la posición, ciertamente, pero sí la de circunscribir su estadía en el equipo presidencial a uno o dos años como máximo, dada la complejidad de la problemática que debe atender y, según versiones de antes y de ahora, la obvia falta de capacidad y/o preparación de no pocos personajes que le habrían sido impuestos como colaboradores, así como las decisiones políticas o posicionamientos que, un día sí y otro también, colocan a la economía del país, literal, “en la cuerda floja”…

Y todo adicionado por la creciente y cada vez más pública polarización que se viene dando entre actores representantes de los distintos grupos y/o corrientes ideológicas que, en su momento, dieron forma al llamado Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y que hoy reclaman, para sí y para los suyos, posiciones de poder en la administración pública, en los tres niveles de gobierno o, por ejemplo, en las listas de candidatos a puestos de elección a nivel estatal.

Puebla y otras seis entidades donde en junio habrá elecciones son el mejor ejemplo de ello pues, si bien las decisiones del partido siguen siendo monopolizadas por el propio López Obrador y quien en Morena le representa, Yeidckol Polevnsky, lo cierto es que el jaloneo entre las corrientes a nivel estatal y/o municipal ya generó fracturas, cuando no rupturas que en el futuro podrían resultar altamente costosas…

ASTERISCOS

* Pese al constante asedio de la policía capitalina —“la de la morena Claudia Sheinbaum, claro”— que no sólo les impidió llegar al Zócalo, sino que, incluso, bloqueo sobre Reforma parte del contingente, la naciente organización de “Chalecos Amarillos MX”, émulos de la francesa del mismo nombre, marchó y protestó contra Andrés Manuel López Obrador, “al que reprobamos por 100 motivos…”. Marcharon también en 23 ciudades más…

* Donde también, a 100 días de iniciado el actual gobierno, las cosas, simple y sencillamente, no parecen avanzar es, a decir de propios y extraños, en Veracruz, dada la evidente incapacidad del gobernador Cuitláhuac García, moreno él, para encontrar en “botón de arranque”… ¡y miren que su antecesor no fue otro que el impresentable ¿panista? Miguel Ángel Yunes Linares! Inseguridad creciente, nepotismo, corrupción y más, son lo de hoy…

Veámonos el miércoles, con otro asunto De naturaleza política.

Twitter: @EnriqueArandaP

Información Excelsior.com.mx