Por Adrián Rueda
Todo mundo se pregunta por qué tanto cambio en la estructura del gobierno de Claudia Sheinbaum, al que no paran de llegar políticos de todos calibres, incluyendo algunos exalcaldes derrotados en junio pasado.
Ni la mitad del camino aguantaron sus amigos académicos, que en 2018 llegaron con ella para realizar según dijeron la mejor administración en la historia de la Ciudad de México. Se supone que eran los especialistas; los más preparados.
A menos de tres años de gobernar, Sheinbaum se llevó un frentazo en junio pasado, al sufrir la peor derrota en la historia de la izquierda mexicana desde que llegó al poder en la capital del país en 1997, con Cuauhtémoc Cárdenas.
Esa derrota hizo que de Palacio Nacional la relevaran de todo lo que tiene que ver con la operación electoral que no es su fuerte, a fin de frenar a la alianza opositora, y recuperar la joya de la corona rumbo a 2024.
En lugar de los académicos llegaron varios grillos, cuyo origen es el PRD, como Martí Batres, a quien desde la Secretaría de Gobierno le están armando una estructura territorial que cubrirá las 16 alcaldías capitalinas.
La tarea de estos grupos será reagrupar a los simpatizantes de Morena y tratar de incorporar a los huérfanos de otros partidos, a fin de crear una red disfrazada de ciudadanos que se encargue de perseguir a los alcaldes, sobre todo a los de oposición.
Al mismo tiempo, se utilizará en la ciudad el esquema de los Servidores de la Nación, para desplegar el sistema asistencialista de los gobiernos local y federal, con la promoción casa por casa de los programas sociales.
Para llevar a cabo esta acción, el gobierno dividió la capital en cinco zonas geográficas, con un responsable al frente de cada una. En teoría tendrían que reportarle a Batres, aunque en realidad actuarán en forma paralela a la Secretaría de Gobierno.
De inicio, las acciones estarían encaminadas a fortalecer la imagen presidencial, con miras a la consulta de Revocación de Mandato que decidirá si el inquilino de Palacio Nacional termina su mandato de manera anticipada, o sigue hasta 2024.
Aunque a nivel nacional el Presidente mantiene buena aceptación, por nada del mundo quiere perder de nuevo en la capital del país, sobre todo porque su principal candidata a sucederlo quedaría desactivada.
Además de preparar la consulta ciudadana presidencial, el alto mando de la 4-T quiere medir el agua a los tamales para ver hasta dónde levanta su popularidad la propia Sheinbaum, a fin de proponer la revocación de mandato en la capital.
Si ven condiciones, se llamaría a ese ejercicio ciudadano, con la ventaja de que si la jefa de Gobierno refrenda el apoyo, tendría su mejor plataforma para enfrentar con éxito el proceso de selección interna en Morena, y después la elección presidencial.
Que nadie se sorprenda si en breve los chalecos guinda invaden las calles de la CDMX.
CENTAVITOS
Muy atentos habrá que estar a lo que este día suceda con el cónclave que el PRD llevará a cabo en el exConvento de San Hipólito, donde la cúpula amarilla dará a conocer su agenda rumbo a la transformación de ese instituto político, al que muchos ven en terapia intensiva. La invitación al evento señala que se hablará de la modernización perredista, pero ese cuento lo vienen contando desde hace varios años y siempre repiten los mismos. A ver si no se sacan de la manga otra renovación de sus dirigencias estatales, para ir perfilando las negociaciones rumbo a 2024. Información Excelsior.com.mx