Por Eduardo Ruiz-Healy
Vaya que se le ha armado tremendo lío al presidente Andrés Manuel López Obrador a raíz de que la asociación civil sin fines de lucro Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) difundiera en su sitio contracorrupcion.mx la investigación “Así vive en Houston el hijo mayor de AMLO”, la que realizó junto con el portal de noticias Latinus.
Así empieza el informe: “José Ramón López Beltrán contradice el discurso de austeridad de su papá, el presidente de México; primero ocupó una mansión de un millón de dólares, propiedad de un alto ejecutivo de una compañía petrolera que tiene contratos vigentes en Pemex, y luego se mudó a una residencia recién construida. En Estados Unidos se mueve en una camioneta Mercedes Benz valuada en 1.5 millones de pesos”.
El informe puede leerse en el sitio arriba anotado y lo que ahí se escribe lo ha sabido aprovechar muy bien la oposición, que califica de hipócrita al presidente por predicar la que él denomina austeridad republicana y denostar en múltiples ocasiones a quienes despectivamente califica como “aspiracionistas”, al mismo tiempo que su hijo de 41 años vive rodeado de lujos que para AMLO no solo son excesivos sino pecaminosos.
Sobre los aspiracionistas, esto dijo el 17 de octubre de 2021: “… no debe de importarnos el dinero, que no debe ser nuestro dios el dinero, lo material, que esa es una vida aspiracionista, de estar pensando en lo material, como si eso fuese la felicidad. No, la felicidad es estar bien con uno mismo, estar bien con nuestra consciencia y estar bien con el prójimo, esa es la verdadera felicidad, no el lujo barato, no las marcas, las alhajas, los carros último modelo”.
Meses antes, el 28 de junio de 2021, condenó una vez más lo que él denomina “un modelo de vida individualista, aspiracionista… que consiste en triunfar a toda costa… escalar, encaramarse a como sea, tener dinero, bienes materiales, títulos, fama…”.
La oposición no sólo llama hipócrita a Andrés Manuel sino que pide que sea investigado el origen de la fortuna de José Ramón, de 41 años, y la de su esposa Carolyn Adams, quien trabajó durante años en British Petroleum y a partir de 2016 en Cava Energy, una empresa que ha invertido en diversos proyectos de PEMEX y la CFE.
No es la primera vez que el estilo de vida del primogénito presidencial ha causado comentarios adversos. Creo que el primer escándalo fue hace varios años cuando asistió a un evento de su padre usando unos tenis que entonces se vendían en 800 dólares.
Es más que evidente que José Ramón no comparte las ideas de su papá en cuanto al dinero, los lujos y la buena vida se refiere, al igual que muchísimos hijos alrededor del planeta que no están de acuerdo con todo lo que piensan u opinan sus padres o madres. Yo soy uno de esos hijos y mis hijos también.
¿Cómo acabará este escándalo?
Las denuncias de la oposición no prosperarán en la FGR porque hasta ahora nadie ha presentado pruebas de que la riqueza de Carolyn sea mal habida.
José Ramón seguirá viviendo en EEUU y haciendo lo que quiera porque, aparentemente, no le preocupa mucho lo que sobre él se diga.
Andrés Manuel tal vez atacará con menos frecuencia a los aspiracionistas porque cada vez que a ellos se refiera alguien le recordará que está criticando a su hijo mayor.
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Información Radio Fórmula