Bajo engaños habría obtenido el Ayuntamiento el aval de la Secretaría de Hacienda para destruir calles en forma masiva en varios puntos de la ciudad
Los diputados federales Liborio Vidal Aguilar, Pablo Gamboa Miner, Felipe Cervera Hernández y Francisco Torres Rivas han “bajado” a la fecha cinco mil millones de pesos de la Federación para obras en el municipio de Mérida que ofrecen beneficios a sus habitantes.
Ese dinero fue gestionado en conjunto con los demás legisladores federales Jorge Carlos Ramírez Marín, Virgilio Méndez Bazán y Lucelly Alpizar Carrillo. En su momento lo hizo Ivonne Ortega Pacheco, hoy con licencia.
Los legisladores respondieron así al alcalde de Mérida, Mauricio Vila Dosal, quien declaró que aquellos “están más preocupados por su siguiente hueso que por dar beneficios a los ciudadanos; ojalá que estuvieran bajando recursos para la ciudad de Mérida, cosa que no han hecho”.
Como ejemplos los legisladores citaron los domos construidos para techar escuelas y la inversión para remodelarlas; el distribuidor vial de Los Héroes y el paso a desnivel en la carretera a Tixkokob; el nuevo Hospital Militar Regional y los hospitales del IMSS que están en proceso para construir en los fraccionamientos Los Héroes y Francisco de Montejo, con las gestiones que también realiza Gamboa Miner, obras realizadas con dinero federal.
Igualmente las vialidades que en estos días repavimenta el Ayuntamiento, después de que las destruyó innecesariamente, se realiza con dinero que aprobamos los diputados federales, señaló Torres Rivas.
Sin embargo, “Panchito” Torres señaló que Vila Dosal habría obtenido bajo engaños el aval de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para destruir en forma masiva calles de Mérida y poder así aplicar millonarios recursos aprobados por los diputados federales.
En días pasados el alcalde responsabilizó a la dependencia federal de decidir cuáles calles debían intervenirse, con base en criterios como el número de beneficiarios, la conectividad, el costo de mantenimiento y la antigüedad de la calle.
Sin embargo, toda la información que recibió la Secretaría de Hacienda federal en la Cuidad de México fue proporcionada por el Ayuntamiento de acuerdo con sus propios intereses y no el provecho para los ciudadanos, según hemos podido constatar, señaló.
“La Secretaría de Hacienda aprueba con base en los argumentos que le envían sobre los trabajos que se desean realizar; no es la voluntad de la dependencia, sino del solicitante, en este caso la Comuna”.
Le hizo creer el Ayuntamiento que esas calles que se destruyeron estaban en pésimo estado y que era urgente su reconstrucción. De confirmarse esto, el alcalde podría ser sujeto de sanciones, principalmente por hacer un mal uso del millonario recurso. “Por eso dijimos que le pediríamos cuentas”.
Tenemos elementos para afirmar que las calles que destruyeron aún prestaban un buen servicio y, en cambio, había otras arterias que sí requerían ser renovadas o, mejor aún, ser construidas porque tienen años de permanecer con lodo, piedras y hierbas.
“El señor alcalde no sabe distinguir entre una crítica mal intencionada y una observación positiva a su trabajo, con el objeto de que lo pueda mejorar”.
Aunque Vila tenga la piel sensible, vamos a insistir en que los trabajos se realicen donde en verdad se requieran, a una hora adecuada y que no causen tanto perjuicio a los vecinos, conductores, peatones, comerciantes y trabajadores, pero lo más importante: que les consulten a los meridanos.
También vamos a estar muy pendientes de que reparen todas las banquetas y camellones destrozados, las tuberías de agua potable rotas y los pozos pluviales que quedaron taponados.