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YUCATÁN.- En plena pandemia, Amanda y Cristobal llegaron y arrasaron con todo. Parecía que el cielo se iba a caer. Los torrentes de agua se llevaron viviendas, calles, cultivos y colmenas, pero sobre todo la esperanza de la población más vulnerable de Yucatán.
A seis semanas del impacto de las dos tormentas tropicales, las comunidades indígenas de alta y muy alta marginación siguen esperando que llegue la ayuda del Fondo de Desastres Naturales (Fonden).
En momentos en que se vive una crisis sanitaria y económica por el Covid-19, el pequeño patrimonio de las familias mayas reunido a lo largo de los años y con mucho esfuerzo, quedó bajo el agua.
¡Era lo único que nos faltaba!, lamenta doña Leunida Trujeque, habitante de Tekax, quien se quedó sin techo y ahora no tiene donde resguardarse del virus, justo cuando el municipio se encuentra en semáforo rojo y con 114 casos activos.
“Mis cosas se fueron al agua, y una casita donde estaba, terminó de lado”, comentó.
En 82 horas llovió cómo no había llovido en 18 años, desde que pegó el huracán Isidoro en 2002, recuerda Matilde Argüello, quien necesita materiales para reforzar su vivienda, porque el agua humedeció paredes y rompió ventanas.
“Que nos ayuden por favor le digo, porque ahorita no tenemos; llevamos muchos años luchando y en media hora el agua se lo llevó todo”, señaló.
Tekax, a 112 kilómetros al sur de Mérida, tiene 64 comunidades, y de ellas 36 resultaron severamente afectadas por el paso de Amanda y Cristóbal, es decir, el 56 por ciento del municipio quedó inundado.
Se trata de localidades de escasos recursos donde las pequeñas viviendas de las familias afectadas que subsisten del campo, no calificaron para las rígidas reglas de operación del Fonden, reveló el alcalde Diego Ávila Romero.
Del censo que se levantó de mil 610 casas dañadas, menos del 10 por ciento, sólo 144 recibirán el apoyo federal. Lo mismo ocurrió con las 42 calles que quedaron destruidas por las corrientes de agua que se formaron, porque únicamente dos podrán acceder a recursos para desastres naturales.
“No era muy claro cómo se definían estos criterios, hay una cantidad enorme de viviendas precarias que se les llama, que son estructuras de palos y techos de lámina, por ejemplo, esas no entraron”, indicó.
Actividades económicas
El presidente municipal de Tekax advirtió que en lo personal, lo que más le preocupa es el campo, debido a que es la única forma que tiene la población de levantarse, donde se requiere una gran inversión en semillas, fertilizantes, herramientas, reparación de equipo apícola y sistemas de riego.
Destacó que hay un registro de dos mil 466 productores afectados que se dedican al maíz, hortalizas, tubérculos, soya, sorgo y cítricos, entre otros.
“Pero en el tema de la apicultura estamos hablando de que hay un total registrado de cuatro mil 907 colmenas perdidas, ese es un duro golpe a la producción de la miel, que si no se atiende pronto, van a haber graves consecuencias, porque la gente perdió muchas cosas en sus viviendas, y el campo es lo único que tienen para levantarse”, explicó.
Debido a las afectaciones por las tormentas “Amanda” y “Cristobal”, la Federación emitió la Declaratoria de Desastre Natural para 75 municipios del estado.
Las pérdidas totales se estiman en cuatro mil 297 millones de pesos
El 87 por ciento de los daños se concentran en dos sectores: campo y vivienda.
Del total de las afectaciones, el campo representa el 48.01 por ciento, con la pérdida del 85 por ciento de los cultivos de todo Yucatán, en 95 mil hectáreas con un valor comercial de dos mil 062 millones de pesos.
Además, de que nueve de cada 10 yucatecos afectados producen para el autoconsumo y el 60 por ciento pertenece a la comunidad maya.
El sector vivienda representa el 39.25 por ciento de los daños, valuados en mil 686 millones de pesos. Información Excelsior.com.mx
