Por Enrique Aranda
Al margen de lo que final mente resulte de ello, nada parece más evidente hoy que, 24 horas escasas después de asumir como nuevo titular del Ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador y sus afines “toparon con la terca realidad…” que, temporalmente al menos, les obligará a dejar sin efecto la decisión adoptada de cancelar las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco… cuyo proceso de construcción, entonces, continuará.
Y esto, presumiblemente, en virtud de que, de no abrirse a la opción de concretar acuerdos con tenedores (internacionales) de los bonos con los que hasta ahora se ha financiado la obra referida, el nuevo gobierno podría correr el riesgo de enfrentar un sinnúmero de litigios en tribunales de distintas latitudes, en la Unión Americana en específico, que no, amén de su alto costo y amplia duración, mantendrían en vilo a los mercados y pondrían en entredicho la necesaria estabilidad económica del país.
En las próximas horas, entonces, los nuevos responsables del Consejo del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, Javier Jiménez Espriú y Gerardo Ferrando Bravo, deberán explicitar las acciones a emprender por la administración lopezobradorista —“muchas de las cuales tendrán por sede a Nueva York…”— con miras, insistamos, a impedir entrar en una espiral de demandas y contrademandas que no harán más que desgastar a los directos involucrados, así como a autoridades hacendarias, y finalmente, posponer la toma de decisiones sobre éste y otros temas importantes.
El solo acuerdo, difundido ayer mismo, de que el nuevo director del GACM pueda realizar una nueva evaluación del plan estratégico del proyecto del nuevo aeropuerto —“para tomar decisiones sobre las acciones a tomar y realizar, en caso necesario, una actualización (del mismo)”—, cuyos resultados estarían listos “en las próximas semanas”, evidencia que el asunto generó toda suerte de sobresaltos al interior del nuevo gobierno que, si bien asumió ya públicamente el compromiso de ir adelante en el emprendimiento de acciones orientadas a que el actual aeropuerto internacional capitalino siga operando, teniendo como terminal alterna a Santa Lucía, podría ahora asumir decisiones distintas.
Al tiempo entonces… ¡la moneda está (quedó) en el aire!
ASTERISCOS
* En lo que pareció ser un intento de albazo, la cuestionada Olga Sánchez Cordero presentó, antes de dejar el Senado, cambios constitucionales orientados a someter a las legislaturas locales —“en materia notarial al menos”— a la federación de la que ahora ella forma parte. Pobre futuro el de la ahora titular de Gobernación que, especulan morenos de cepa, más que atender los asuntos a su cargo, parece empeñada en “promover a los suyos”…
* Previo a la ceremonia de toma de posesión, por cierto, por causas hasta hoy inexplicadas, los ministros de la Suprema Corte, que lidera Luis María Aguilar, debieron esperar no menos de 30 minutos a que personal de protocolo los condujera a sus respectivos lugares. Javier Laynez, Fernando Franco, Eduardo Medina Mora y más, en el lobby camaral, lucían consternados…
* Al igual que su coordinador René Juárez Cisneros, un día antes en San Lázaro, el secretario general priista Arturo Zamora aprovechó la primera oportunidad para endurecer el discurso ante el nuevo régimen al que, sin más, puntualizó públicamente que el tricolor “no permitirá un salto irresponsable hacia la inestabilidad, el autoritarismo o la exclusión”. Así o más claro.
* En el marco de su informe, este jueves, el gobernador Antonio, Tony, Gali destacó aquello de que, ciertamente, Puebla cuenta hoy con la mejor industria manufacturera, con un crecimiento de 16%, que representa doce veces el valor nacional: la industria automotriz logró una producción de 1.1 millones de vehículos, de los cuales, 87% se exportó…
Veámonos el miércoles, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP
Información Excelsior.com.mx