· Pide garantizar una institución imparcial en las condiciones de competencia
La Consejera del Instituto Nacional Electoral (INE), Pamela San Martín, al participar en el conversatorio “Del IFE al INE: La Ciudadanización de los Procesos Electorales en México”, afirmó que, en un contexto de desencanto con las instituciones, con lo público y lo político, por excesos, corrupciones, impunidades -que no se pueden dejar de lado-, es muy fácil desdeñar todos los avances y desdeñar toda nuestra historia en materia electoral.
Durante las Jornadas Académicas de Derechos Políticos Electorales que forman parte de la Maestría Interuniversitaria en Derechos Políticos y Procesos Electorales que impulsa el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Yucatán (IEPAC) y la Universidad Autónoma de Tlaxcala, la consejera del INE dijo que en ese contexto de desencantos es propicio reflexionar sobre la evolución de las autoridades electorales, los procedimientos y los avances democráticos que el país ha tenido a partir de la creación del IFE (Instituto Federal Electoral) al hoy Instituto Nacional Electoral.
Acompaña de Jacqueline Peschard, Profesora de la Facultad de ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y Alejandra Pacheco Huerta, Consejera Electoral del Instituto Electoral y de Partición Ciudadana de Yucatán, Pamela San Martín recordó que antes el Consejo General se conformaba con la entonces Comisión Electoral Federal, que era presidido y por la Secretaría de Gobernación en todos sus espacios, incluida las casillas, lo cual dio paso a la primera lucha para quitar ese espacio al gobierno y empezar con la ciudadanización de un consejo electoral.
Ante estudiantes y miembros del servicio profesional electoral, repasó que la ciudadanización tuvo que ver más con ciudadanización del consejo general, en la búsqueda de imparcialidad y autonomía, para que no fuera el gobierno el que controlara la democracia.
Explicó que, al crease el Instituto Nacional Electoral, se incorporaron a ciudadanos –vecinos- que dieron certeza a las elecciones y se buscó profesionalizar la función electoral para tener elementos técnicos y procedimientos que fueran acompañados y vigilados por ciudadanos de reconocido prestigio en sus comunidades, a efecto de evitar “prácticas fraudulentas conocidas en el pasado como el carrusel y las urnas embarazadas y todas esas prácticas”.
Centró la discusión sobre el reclamo de la austeridad real que existe en la sociedad, ocasionada por los excesos de la clase política; sin embargo, precisó que los procesos democráticos cuestan porque se debe contar con personal especializado, con una estructura desplegada en las 32 entidades con 300 distritos electorales con Juntas Locales y Distritales, porque, enfatizó la Consejero Electoral, la desconfianza hacia los partidos políticos también tiene un costo.
Matizó que “los procesos electorales son ciudadanos porque son hechos por y para los ciudadanos. Los únicos que pueden votar son las y los ciudadanos, los únicos que pueden recibir los votos son las ciudadanas y los ciudadanos que los pueden contar”.
Pidió tener un punto de conciencia del tránsito de dónde venimos y en la construcción hacia dónde vamos, pero sin perder de vista cómo garantizar una institución imparcial en las condiciones de competencia, la naturaleza de la institución como organizadora y árbitro y en la naturaleza de la institución como garantes de derechos.