Personas que no consumen alcohol dan consejos para evitar que te hagan beber durante las fiestas de fin de año.
Matt Haig, autor del libro Razones para estar vivo, se considera a sí mismo como un abstemio de medio tiempo.
“Me encanta tomar, pero si lo hago, me puede provocar ansiedad y depresión, así que tengo etapas en las que no bebo nada. A veces también resulta más fácil no salir, porque me siento tentado”, explica Haig.
El problema es que la presión social puede ser muy fuerte, aun sin que haya comentarios de por medio.
“Incluso si los demás no me presionan, sientes una especie de presión silenciosa. Es un poco como ser vegano, la gente se siente juzgada o culpable y se muestran reticentes”, detalla el escritor.
Así que aconseja a las personas que no beben pedir un Bloody Mary virgen (sin alcohol), ir a restoranes en lugar de bares o antros, hacer ejercicio para llenar el tiempo que se le dedicaba a la bebida y decir simplemente “no tomo” a quienes toquen el tema. Lo más importante es no sentirse culpable, dice.
Por su parte, Catherine Gray, quien escribió La inesperada alegría de estar sobria, comenta que hace cinco años era el tipo de persona que incitaba a los demás a la bebida.
“Si alguien no tomaba, no los quería allí. En realidad todo tenía que ver con mis propios problemas y no con ellos. Los que toman mucho son los que suelen decir que quien no bebe no es divertido, pero en realidad es que necesitan un cómplice”, dijo Gray.
Sin embargo, a sus 38 años, la mujer acepta que cuando toma alcohol no se controla.
“Nadie quiere oírte hablar sobre los riesgos que hay para la salud. Les digo que soy una bestia desbocada cuando bebo. Pero no es necesario disculparse”.
Pese a que el alcohol forma parte del ritual de socialización de muchas personas, datos recientes recabados por la Universidad de Londres muestran que alrededor de un tercio de los jóvenes actualmente ya no beben ni una gota de alcohol en Reino Unido.
Con información de BBC