Edil kinchileño lleva a sus hijos a presenciar sangrienta corrida de toros
Kinchil, Yuc., 23 de mayo de 2022.- A pesar del maltrato y atrocidad que a veces hay en los torneos de lazos y corridas de toros en el interior de los municipios yucatecos, las autoridades siguen promoviendo esta actividad, incluso acuden hasta con sus propios hijos menores de edad siendo así parte de este tradicional “show”, como el de ayer domingo en Kinchil, donde el munícipe Valentín Pech Dzib, presumió acompañado de su familia en redes.
La noche de este domingo se realizaba la cuarta corrida de toros, cuando un caballo resultó embestido y destripado por un toro de lidia apodado “El Venado”, ante un coso taurino abarrotado.
Alrededor de las 9 de la noche el evento taurino estaba en el clímax, en el cual el burel arremetió contra el cuaco para caer su jinete.
El astado es propiedad del ranchero Luis Puc (a) “Kiss” actual tesorero de la Comuna que preside Valentín, quien fuera de los que ayudaron a escapar al munícipe ‘kinchilebrio’ la noche del pasado miércoles 18, cuando chocó su vehículo contra un poste de la CFE.
Por otra parte al ser corneado el equino el lazador cayó al suelo, provocando que la esposa de este, que se encontraba en las gradas se desmayara, por lo que fue necesaria la intervención de las autoridades para atender a ambos.
El festejo continuo siendo presenciado por cientos de familias amantes de la fiesta brava, en cual también habían muchos infantes, tal como demostró quitado de la pena el polémico edil Pech Dzib en la foto que subió a su cuenta oficial, en el cual dijo gozar y aseguraba un lleno total en los tendidos.
Rato después otra bestia cornuda hacía de las suyas al cornear a otro caballito con su vaquero, ante la mirada de los espectadores quienes pegaron de gritos al ver cómo el enfurecido toro los aporreaba en la guardería. En este último solo un piquete con el pitón le alcanzaron a dar en el cuerpo del animal, así como golpes en el cabalgador. Sin duda corrió con suerte. Por cierto el primer corcel murió a los pocos instantes de ser sacado para trepar su cadáver en un remolque estacionado en la calle 17 entre 16 y 18 del centro de esta población.