Por Francisco Garfias
El sector de mejor desempeño en la 4T es, sin duda, el de Relaciones Exteriores. Marcelo Ebrard ha hecho un trabajo destacado y con resultados tangibles.
Lleva varias palomitas: El canciller neutralizó la amenaza de imponer aranceles que hizo el presidente Trump el año pasado, por el tema de los migrantes.
Pagamos un costo en términos de soberanía con los centroamericanos, pero no quiero imaginar cómo estaríamos si el mayor comprador de nuestras importaciones hubiese cumplido las amenazas de su Presidente.
Más reciente. La reunión del jefe de la Casa Blanca con el presidente López Obrador fue mucho más tersa de lo que se auguraba. No se registró el temido desplante de Trump, quien ya inspiró un voluminoso libro con el título de Miedo, escrito por el legendario periodista Bob Woodward.
Ebrard nos trajo ayer la mejor noticia. En un tuit anunció la incorporación de México a la fase tres del protocolo para la vacuna contra el covid-19, que desarrolla Sanofi Pasteur.
“Se harán pruebas en nuestro país y tendremos acceso temprano a la vacuna resultante. Agradecí el apoyo de Francia para lograrlo. ¡Buena noticia!”, escribió el canciller.
Los ensayos de la fase tres tienen como objetivo evaluar de forma más completa la seguridad y la eficacia en la prevención de las enfermedades.
Involucran una mayor cantidad de voluntarios que participan en un estudio multicéntrico adecuadamente controlado.
“Se realizan después de establecerse una probabilidad razonable de eficacia del medicamento y tener una definición más precisa de los efectos adversos”, explica el Centro Interdisciplinario de Bioética de la Universidad de Chile.
* Sabemos que López Obrador es alérgico a las críticas. Ayer volvió a repetir que los medios están “muy lanzados” en su contra. Sus clientes son Reforma, El Universal, Ciro, Loret, López-Dóriga, Hiriart, incluso Proceso.
Una y otra vez repite que es el Presidente más atacado en 100 años, cosa que está por verse.
Se le olvida que no es función del periodista ser palero del gobierno en turno, sino criticar con fundamento. Antes, ahora y después.
Imposible no señalar que la 4T tiene muchas patas cojas. Voy a mencionar las tres más relevantes:
1.-Economía: El Inegi nos dio ayer la mala noticia. El PIB de México tuvo una histórica caída del 18.9 por ciento anual por el covid. En 20 meses que lleva en Palacio Nacional, López Obrador aún no sabe qué es crecimiento económico.
Súmele que el Coneval estima que la pandemia dejará 70 millones de personas en nuestro país que no tendrían para adquirir una canasta básica
Pero el Presidente se autoengaña. Dice que la caída económica no necesariamente va a significar, en la misma proporción, caída en la calidad de la vida de los mexicanos “por el modelo que estamos aplicando”.
¡Que alguien le explique, por favor!
2.-Salud: El covid-19 y los niños con cáncer, entre otros, han desnudado las debilidades del sistema de salud.
En el tema del virus, México se ha destacado por tener los más altos índices de letalidad (más de 11 por ciento).
Somos sextos en número de contagios del temido virus, con 416 mil 179, según la Universidad Johns Hopkins. Cuartos en mortalidad con 46 mil defunciones.
Ya le pisamos los talones a Gran Bretaña, que tiene 45 mil 999 fallecidos por el virus. Volamos para el podio de la muerte.
3.-Seguridad: información revelada por la OCDE señala que de los 35 países que integran esa organización, Islandia es el país más seguro y México, territorio de los cárteles de la droga, el más inseguro.
El crimen organizado ya no respeta ni la capital de la República, asiento de los Poderes federales. Allí está como ejemplo el atentado con armas de alto poder contra Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana capitalino.
Y más: sólo en el primer semestre de este año se registraron 17 mil 982 homicidios dolosos, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad.
Un promedio de casi 100 cada 24 horas.
Balazos y no abrazos. Información Excelsior.com.mx