Por Enrique Aranda
Por increíble que suene, Lozoya vuelve a casa.
Al margen de la existencia de esos “otros datos” que no con escasa frecuencia inducen a quien los posee y publicita cotidianamente a dar por ciertas realidades inexistentes, la única verdad ahora es que México termina la semana como tercero a nivel mundial por número de decesos a causa de la pandemia del coronavirus y sexto en contagios, lo que confirma la errática e ineficaz estrategia adoptada por el gobierno para enfrentarla.
Con una tasa de letalidad de 11.1%, más de 2.5 veces superior a la media internacional, el país supera ya al Reino Unido en el rubro de muertes y alcanza la nada honrosa posición, sólo superado por Estados Unidos, que ayer reportaba 155 mil 63 fallecidos, y Brasil, con 91 mil 377, independientemente de que, en el rubro de infectados, la posibilidad de alcanzar y rebasar, incluso, a Sudáfrica está, en opinión de especialistas, “más que garantizada”.
A la vista de tales cifras, a no pocos llama la atención el hecho de que el peor comportamiento y deficiente respuesta ante la crisis sanitaria se esté dando en países con gobiernos de corte “populista”, de derecha e izquierda, como son, sin duda, el de Donald Trump, de Jair Bolsonaro y de Andrés Manuel López Obrador, que no sólo minimizaron el problema, aun antes de enfrentarlo, y descartaron el uso masivo de pruebas para detectar casos de contagio, sino que, incluso, coinciden —o coincidieron hasta hace algunos días en el caso del primero— en su rechazo a la opción de utilizar cubrebocas, identificado por propios y extraños, con la Organización Mundial de la Salud (OMS) al frente, como el más elemental y efectivo previsor de infecciones a nivel masivo.
Obligados, pues, por consideraciones políticas relativas a su personal posicionamiento social o de manera más específica por la urgencia de reactivar sus economías y necesidades de corte electoral, dos de los tres citados habrían iniciado, en forma anticipada, el abandono del confinamiento a que obligó la pandemia, dando paso, con ello, a rebrotes que, de manera cotidiana, desmintieron y siguen desmintiendo aun hoy, sus repetidas proclamas de triunfo sobre la pandemia que, en el caso del país, ahora se prevé que pueda extenderse, al menos, hasta octubre…
Algo no muy distinto ocurrió con los gobiernos de Reino Unido y España que, en su momento, debieron adoptar políticas mucho más drásticas para, efectivamente, controlar y avanzar en la erradicación de la pandemia. ¿Sucederá algo similar acá?…
ASTERISCOS
* Después de que el Inegi, de Julio Santaella, confirmara la caída “histórica” de 18.9% de la economía durante el segundo trimestre, la Secretaría de Hacienda, que administra Arturo Herrera, anunció haber modificado (aún más) a la baja su perspectiva de (de)crecimiento para el año, fijándola ahora en -7.4 por ciento. Ello, claro, a reserva de que “el jefe” ordene rectificarla…
* Por segunda ocasión en quince días, el Congreso de Baja California rechazó el matrimonio gay, pues, aun cuando la propuesta recibió el apoyo de 16 de 25 legisladores, no consiguió la mayoría calificada. Tres diputados de Morena, dos de Acción Nacional y uno más del partido local Transformemos votaron en contra y otros tres se abstuvieron…
Veámonos el domingo, con otro asunto De naturaleza política. Información Excelsior.com.mx