Diversas compañías han puesto en marcha programas para eliminar las sustancias peligrosas y gestionar eficientemente la producción de consumibles, a fin de disminuir energía, agua y petróleo, emitir menor cantidad de dióxido de carbono y elevar el volumen de productos que pueden reciclarse, avanzando en el concepto de economía circular .
Ante esta necesidad, existe un proyecto de investigación sobre fibras textiles elásticas elaboradas a base de CO2 que reemplazan de manera parcial el petróleo como materia prima, el cual corre a cargo de Covestro y la Universidad RWTH de Aquisgrán en Alemania.
Como parte de la iniciativa Carbon for Productivity y alineados con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Covestro realizó el compromiso de explorar nuevas posibilidades para el carbono; tratando de romper paradigmas para considerarlo no solo como un desecho o contaminante, sino como una materia prima útil.
Tales fibras elásticas se encuentran hechas con un componente químico que está compuesto parcialmente por CO2 en lugar de petróleo. Dicho precursor, llamado cardyon®, ya se utiliza en la producción de espuma de poliuretano que se usa para fabricar colchones, pisos deportivos, y ahora será aplicado en la industria textil.
Muchas de las innovaciones que Covestro tiene en puerta son desarrolladas con y para sus clientes, con la intención de contribuir y fortalecer una economía circular con una mayor eficiencia de recursos. El objetivo de este enfoque es reutilizar o reciclar los materiales empleados en toda la cadena de valor, sin sacrificar la calidad, minimizando el desperdicio y las emisiones, tanto como sea posible.
Proceso de producción sustentable
Las fibras de poliuretano termoplástico (TPU) elaborado a base de CO2, conlleva una técnica llamada “torneado en estado de fusión”, en el que el TPU se funde presionado en hilos muy finos, y finalmente se procesa en un hilo de fibras innumerables.
El desarrollo del método para producir dichas fibras ha sido financiado por el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT), y ahora se optimizará como parte del proyecto “CO2Tex”, que será patrocinado por el Ministerio Federal Alemán de Educación e Investigación (BMBF) y permitirá la producción industrial en el futuro.
“CO2Tex” es parte de “BioTex Future”, una iniciativa de la Universidad RWTH de Aquisgrán en Alemania. El nuevo método químico hará posible que el dióxido de carbono se incorpore en el material base, el cual también tiene una menor huella de carbono que las fibras elásticas tradicionales.
Actualmente, compañías pioneras de los sectores de la ingeniería textil y médica ya probaron las fibras hechas a base de CO2 y las han procesado en hilos, calcetines, tubos de compresión y bandas. La intención de lanzar estos productos al mercado es reducir el impacto ambiental del sector textil y de la confección, y de esta forma ganar terreno en el concepto de economía circular y producción responsable, y de este modo contribuir a hacer del mundo un lugar mejor.