Lo que Jesús Orozco Chiquete (20 años) soñó de niño lo pudo cristalizar en el año 2021: ser jugador de Chivas en la Primera División. Pero ese mismo año le tocó sufrir una pérdida importante, pues su padre murió, lo que se ha convertido en su mayor fuente de motivación e inspiración.
El “Chiquete” Orozco, como es conocido en Chivas -apodo que es gracias a su apellido materno-, vivió una montaña rusa de sentimientos tras su debut en el 2021 contra el Puebla; hacia el siguiente duelo fue enviado a la filial Tapatío en la Liga de Expansión, época en la que falleció su padre.
“Fue algo duro, porque había perdido a mi papá. Muchos no saben, pero el día en que debuto mi papá estaba internado en el hospital. Estaba muy enfermo. Me regresaron al Tapatío, íbamos a jugar en Mérida y en la noche, cuando me iba a ir, falleció mi papá. Fue un golpe duro. Aquí en el club me ayudaron muy bien. Siempre sentí ese apoyo y arropo, por eso estoy agradecido”, aseguró Orozco en entrevista con mediotiempo.
Orozco llegó a Chivas muy pequeño, hizo su proceso de cantera y en julio del 2021 el técnico Víctor Manuel Vucetich lo debutó en el partido contra Puebla; ahí sintió que valió la pena todo lo que sufrió en su etapa como jugador de Fuerzas Básicas, donde estuvo a nada de que lo dieran de baja.
“Mi proceso de cantera fue muy extraño; estuve a punto de salir a la edad de 15 años. En la Sub 15 iba a ser dado de baja, porque sufría muchas lesiones, no tenía continuidad. Hubo un tiempo en el que no crecía y para ser central tienes que estar alto. Decidieron aguantarme. Me hicieron unos exámenes de las muñecas, me dijeron que iba a crecer y que iba a dar un buen estirón. Fue cuando decidieron aguantarme”, añadió el futbolista.
“Recuerdo que jugué el segundo torneo de la 15 como titular, llegamos a la Final y la perdimos contra Atlas. Se vino Tercera División, Sub 17 campeón, Sub 20, campeón, debut y después me mandan a Tapatío; fue un golpe medio fuerte, porque debutas un día y al siguiente te mandan al Tapatío”.
Chivas lo iba a dar de baja
Luego de esos 74 minutos en el Estadio Cuauhtémoc, el defensa jugó 11 partidos más en el Tapatío y volvió a la Liga MX hasta abril del 2022.
“Me habían avisado ya (de su baja); de hecho mi mamá y mi papá no se pelearon, pero sí metieron las manos al fuego por mí. Dijeron que me dieran la oportunidad, ‘mi hijo es bueno, cómo lo vas a correr si no lo metes’. En esa parte mis papás tuvieron algo que ver. Mi mamá me lo dijo, que hasta se peleó de palabras con el que antes estaba en Fuerzas Básicas”.
Los minutos siguieron y el sábado pasado alcanzó la gloria al hacer su primer gol en la Primera División, que tenía una dedicatoria especial: su padre. Por eso volteó al cielo, hacia donde agradeció; su padre jamás dejó de creer en él: “Me hubiera encantado que mi papá me hubiera visto, por eso después del gol festejé al cielo, fue para él”.
Sí, Jesús Orozco tenía mucho por agradecer, porque si bien su padre era fanático al basquetbol, siempre lo impulsó a jugar al futbol, y por eso lo incluyó a las clases en el Comude de Zapopan, dónde arranco su carrera en este deporte.
“Mi papá no entendía el futbol”
“En mi casa nadie jugó futbol. Mi papá nunca pateó una pelota, de hecho no entendía el futbol. Recuerdo que sacaba su cuaderno y me decía ‘explícame, es que no entiendo, ¿juegas en el centro o de lateral?’. Entonces le decía que por los recorridos quedaba de lateral y no tengo problema en jugar mano a mano. A veces a mi papá le estresaba que los papás de mis compañeros dialogaban de futbol y él no entendía. Empezamos a ver futbol juntos, veíamos los partidos de la Selección, los de Chivas cuando no podíamos ir al estadio. Fue algo raro”, contó el jugador rojiblanco.
Su padre le inculcó el amor a Chivas, pues si bien no jugaba futbol, lo llevó por primera vez a ver al Rebaño Sagrado en el Estadio Jalisco: “Era un viernes por la noche. Llegan con uniformes de Chivas, me compraron camisa, short, medias, y me dice ‘vamos a ir a ver a las Chivas’, era Chivas contra Santos. En ese tiempo estaban Javier “Chicharito” Hernández, Adolfo “Bofo” Bautista, Omar Bravo, varios… Alberto Medina, “Gaucho” Ávila. Chivas iba perdiendo 2-0 y el estadio estaba bien apagado. De la nada empatan, quedó 4-2. Todo el estadio se motivó. Fue cuando dije: ‘Yo quiero estar en el estadio'”.
El gol de “Chiquete” Orozco
De su gol, que fue el entonces 1-1 ante Pumas, Orozco recuerda: “Fue un sentimiento muy bonito. Un sueño hecho realidad; desde chiquito he estado aquí y meter un gol en el estadio fue algo muy especial. Para mi familia, que me han apoyado en mi sueño. No sabía cómo festejar; me salió natural. Me solté. Fue cuando saqué toda la ira. Íbamos perdiendo. No tenía pensado cómo festejar mi primer gol”.
En la cabeza del “Chiquete” Orozco está grabado cómo entró el balón, pero de una forma tal vez distinta a cómo pasó en realidad: “Recuerdo que sale el balón y como que fue todo muy rápido. Tenía el balón en mi cabeza y cuando me agacho, en primera instancia, sentí que la sacaba el portero. Sentí que la alcanzaba a sacar y cuando veo que pica, sentí que todo se pausa y escuché la red y el fuego que sale. Me levanté y lo festejé. No escuché a la gente. Viví mi momento, me imaginé todo lo que había pasado desde chiquito. Todo el sacrificio que había hecho y se sintió muy bonito”. Información Medio Tiempo