La primera impresión nunca se olvida. El Tri de Gerardo Martino ilusiona, tiene personalidad y, lo más importante, tiene gol. La Selección Mexicana se olvidó de todos los fantasmas que les representó alguna vez jugar contra Chile y con autoridad les ganó 3-1 en San Diego.
A México le costó 45 minutos entenderse en el campo, encontrarse y acoplarse a las ideas que tiene Gerardo Martino, pues durante el primer tiempo no hubo muchas emociones por parte de del combinado tricolor, pero sí de la Selección chilena.
En su partido 100 con la playera de la Selección Mexicana, Ochoa tuvo que ser héroe en este juego para que la Era del Tata no iniciara remando contra la corriente, el arquero del Standard de Lieja sacó un cabezazo de Arturo Vidal y eso fue el preámbulo a esta victoria, pues si las cosas andan bien atrás, los de arriba se siente con mayor seguridad para ir al frente.
Martino no se volvió loco, no hizo cambios para el inicio del segundo tiempo y le dio continuidad a los titulares para que fueran agarrando ritmo y eso le funcionó.
La primera anotación fue de Raúl Jiménez desde el manchón penal al minuto 51. El camino se abrió para la Selección Mexicana que tomó el control, se sintió segura con el balón en los pies e hizo valer la velocidad de Hirving Lozano y Rodolfo Pizarro.
Al minuto 64 Héctor Moreno se levantó dentro del área, remató de cabeza y llegó el segundo del Tri. Un minuto después, al 65′, la astucia de Chucky le puso sabor a un triunfo azteca que hacía mucho tiempo no conseguía ante los andinos.
Cuando parecía que se avecinaba una goleada de México y que el desquite de aquel tormentoso 7-0 pudiera llegar, Nicolás Castillo calmó las cosas descontando y eso mató por completo el juego, pues ambos entrenadores hicieron cambios y el juego ya no tuvo tantas emociones. Información Medio Tiempo