Los manifestantes usaron cadenas para derribar la única estatua de un general confederado en la capital de Estados Unidos y le prendieron fuego.
La protesta ocurrió el viernes, en el día del llamado “Juneteenth”, que marca el fin de la esclavitud en Estados Unidos, en medio de continuas manifestaciones antirracistas tras la muerte de George Floyd en Minneapolis.
Los manifestantes estallaron en vítores y saltos cuando la estatua de Albert Pike, de 3,4 metros (11 pies) de altura, se tambaleó de su pedestal de granito antes de caer hacia atrás, aterrizando en medio de una nube de polvo. Luego, los manifestantes la rodearon y encendieron una hoguera para tratar de quemarla, mientras coreaban lemas como: “¡Sin justicia, no hay paz!” y “¡No a la policía racista!”.
Relatos de testigos y videos publicados en las redes sociales indicaron que la policía estuvo en el lugar, pero que se abstuvo de intervenir.
El presidente Donald Trump tuiteó rápidamente sobre el derribamiento, quejándose: “Los policías de la capital no están haciendo su trabajo, pues vieron cómo una estatua fue derribada y quemada”. Después del derribamiento, la mayoría de los manifestantes regresaron pacíficamente al Parque Lafayette, aledaño a la Casa Blanca. Información NOticieros Televisa