Más de 100 personas con alguna discapacidad concluyeron un plan de actividades que impulsa su rehabilitación social.
Tulum, Quintana Roo,.- “Una excelente estancia, nos beneficiamos todos porque la experiencia representa retos de los que hemos aprendido, hacemos amigos y los organizadores están en empatía con nosotros. Hay que desempolvarse y quitarse el miedo”, fue el testimonio de Eulalia Coronado, conocida en Tizimín como la maestra “Lali”, quien con discapacidad visual disfrutó del Campamento Incluyente 2017.
En las instalaciones de Playa Aventuras en Quintana Roo, el director General del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Yucatán, José Limber Sosa Lara, compartió con los participantes mientras elevaron papalotes y visitaron el delfinario, al tiempo de constatar las diferentes dinámicas recreativas que han realizado los más de 100 viajeros desde el 21 de agosto.
“Más allá del trabajo de rehabilitación y terapias físicas que reciben en el CREE, este tipo de acciones estimulan las habilidades y fortalezas de cada uno de ustedes, fomentando una inclusión social plena en sus comunidades. Se trata de una rehabilitación social, para que ustedes se incluyan en eventos cotidianos sin ponerse limitaciones”, aseveró acompañado de autoridades de DIF municipales.
Por su parte, el director del Centro de Rehabilitación y Educación Especial (CREE), Alejandro Manzano Ojeda, destacó que uno de los objetivos del encuentro es romper los estigmas que rodean a este sector, para permitir la igualdad de oportunidades.
“Ellos se han dado cuenta, que como todos, pueden ir a la playa o efectuar tareas como las que aquí hemos hecho, que aunque requieren de su atención y esfuerzo, pueden pintar camisas con técnicas artísticas, ir a espectáculos culturales, hacer yoga o deportes, armar papalotes, en fin, en el programa no hemos incluido actividades ‘especiales’, sino las mismas que cualquier persona puede realizar”, expresó.
De igual manera, el funcionario afirmó que el Campamento también es un ejercicio de sensibilización para la sociedad, para que más empresas incluyan señalética y adecuaciones en su infraestructura orientadas a las necesidades de este sector, para que existan más sitios con accesibilidad para un turismo incluyente o para que los ciudadanos sepan cómo dirigirse y apoyar a alguien con discapacidad visual, intelectual, auditiva o motriz.
“La sociedad tiende a ver la discapacidad como una enfermedad o limitante, la realidad es que todos percibimos el mundo de una manera diferente. En el CREE hemos identificado ciertos factores de discriminación que se dan muchas veces por ignorancia o desinformación creando tensión o incomodidad, basta con acercarnos y preguntar: ¿te ayudo en algo? y ellos responderán, todos tenemos dignidad y hay que respetarnos, primeramente como los seres humanos que somos”, subrayó.
En esta ocasión, junto a un equipo de médicos, fisiatras, intérpretes de lenguaje de señas, psicólogos y rehabilitadores; vivieron la experiencia más de 100 personas provenientes de Cansahcab, Celestún, Chacsinkín, Dzilam González, Espita, Halachó, Hunucmá, Kanasín, Maxcanú, Mayapán, Panabá, Río Lagartos, Sacalum, Santa Elena, Tecoh, Tekantó, Telchac Pueblo, Tekax, Tizimín, Tixkokob, Tixméhuac, Tzucacab, Valladolid y Yaxkukul, así como pacientes del CREE Mérida, quienes retornan este 26 de agosto a sus hogares.