Por Enrique Aranda
¿Quién paga las costosas pifias
en el diseño del Tren Maya?
Mañana, cuando miles de mujeres tomen las calles de la Ciudad de México para exigir respeto a sus más elementales derechos, el cese inmediato de la creciente violencia en su contra y garantías para su desarrollo, alguien en el ámbito oficial debería explicar por qué en la pasada sesión del Congreso, la mayoría lopezobradorista desechó un punto de acuerdo por el que se solicitaba a la jefa de Gobierno y al secretario de Seguridad garantizar condiciones de seguridad a quienes, en el marco del Día Internacional de la Mujer, participarán en actos masivos en la vía pública.
La impresentable regenta Claudia Sheinbaum al igual que su alfil en Donceles, Martha Ávila, podrían hacerlo –“si quisieran, claro”–, puesto que son ellas quienes controlan mente y corazón, el voto, pues de la servil bancada oficialista que, a juzgar por el comportamiento asumido ante la “provocadora” iniciativa de la panista Gabriela Salido, decidió ignorar el pedido que, a la luz de lo ocurrido en años anteriores, se hacía al jefe policiaco Omar García Harfuch para que en los operativos a implementar por la dependencia a su cargo, se anteponga la seguridad de las manifestantes y la no violación de sus derechos, “por lo que (sus elementos) deben abstenerse de utilizar instrumentos que dañen a las personas, como gases lacrimógenos”.
Este último punto en concreto violentó en tal forma a los morenos que con una votación de 30 contra 20 desecharon el punto de acuerdo que, en sus considerandos, explicitaba que en la “ciudad de las libertades y los derechos”, cual es la capital, “en lo que va del año, ha habido un incremento en la comisión del delito de femicidio de 30% y en Iztapalapa, desde que Clara Brugada es alcaldesa, la comisión del delito de violación aumentó 29%, pues en 2019, en su primera gestión, hubo 252 carpetas por ese delito, el siguiente subieron a 265 y en 2021 llegaron a 325, siendo la alcaldía con más investigaciones abiertas”.
Muy probablemente también les molestó la advertencia de que este 8 de marzo, miles de mujeres tomarán las calles ”para volverle a espetar a la cara a este gobierno que de nada ha servido que una mujer esté al frente de la Ciudad ni que una mujer esté al frente de la Fiscalía, porque nos siguen violando y nos siguen matando; que en lugar de que la policía nos cuide, es la propia policía la que nos agrede” o más aún, aquello de que por cada una de las que han sido violentadas o asesinadas, habrá miles “gritándole a un gobierno incompetente que no merece nuestro voto de confianza, ante su incapacidad para garantizarle seguridad a las capitalinas”.
Duros términos y juicios estos que, queremos pensar, hirieron la piel sensible de quienes 48 horas después, se encaminaron al Monumento a la Revolución a aplaudir y rendir pleitesía a quien desde el Zócalo define qué y cómo votan…
Asteriscos
* ¡Vaya alto precio! El que debió pagar el administrador del partido del gobierno, el impresentable Mario Delgado, por buscar quedar bien con su incuestionable gurú, refiriéndose a medios y periodistas como “mercenarios”. Ahora sí que, perdón, no les basta con serlo, les gusta que se les note…
Veámonos el miércoles, con otro asunto De naturaleza política. Información Excelsior.com.mx