Desigualdades

Por Yuriria Sierra

No hay respuesta aún a la propuesta que hizo México para una reunión de emergencia en la Asamblea General de la ONU. Será cosa de días. La crisis sanitaria camina por delante de la económica y, como afirmó el canciller, sin una estrategia mundial, sólo estaremos abriendo una brecha, ya de por sí enorme, entre los países que, aun con golpes, pueden hacer frente a oscuros momentos financieros. Los más rezagados serían los que avanzan lento, consecuencia de años, décadas, de vulnerabilidad.

Más complicado aun cuando los efectos económicos se cruzan con otras variables: un informe de Naciones Unidas publicado en septiembre, alerta que, a causa de la pandemia, la pobreza en las mujeres aumentará casi 10% para el próximo año: “Si bien la pandemia afectará a la pobreza global en general, las mujeres sufrirán el impacto de manera desproporcionada, especialmente aquellas en edad reproductiva: para 2021, por cada 100 hombres de 25 a 34 años que vivan en pobreza extrema (con 1,90 dólares al día o menos) habrá 118 mujeres, una brecha que podría aumentar a 121 mujeres por cada 100 hombres para 2030…”, detalla este informe. Las causas no son desconocidas. El cuidado de la familia y el hogar cae en su mayoría en las mujeres; también somos nosotras quienes ganamos menos, a pesar de trabajar más ahora.

Una mujer en el mercado laboral, no tiene asegurado su ascenso ni un lugar en la toma de decisiones. Sólo cuatro de cada 10 mujeres pertenecen a la Población Económicamente Activa, frente a los siete de cada 10 hombres, reveló hace un par de días Arturo Herrera, secretario de Hacienda. Estamos por debajo de Argentina, Colombia y Perú. Y si hablamos de niveles más altos, sólo tres de cada 10 empresas con registro en el SAT están en manos de mujeres, según datos de la subsecretaría de Comercio Exterior. Con un sector ampliamente golpeado por la emergencia sanitaria, ¿qué podemos esperar en un futuro inmediato?

La recuperación pospandemia debe ser integral, pero sólo en términos económicos. La rehabilitación que urge en el planeta debe ser también en el combate a la pandemia. Muy bien por iniciativas como Covax, que aseguran que las vacunas contra el covid-19 estén al alcance de todos los países firmantes. Sin embargo, también debe ser integral el tema procedimental. Homologar el juego de coordinación para la venta y la aplicación de vacunas. Incluso, ni modo, las medidas de contención. Cuando hay países que prohibieron los viajes entre provincias, en México no importa el color de los estados en el semáforo epidemiológico, todos podemos transitar por el país. Las restricciones fronterizas se limitan a la vía terrestre. Hay un cruce peligroso de medidas que no avanzan en la misma dirección. En nuestra región, Norteamérica, es evidente que las medidas anunciadas no lograron contener la ola de contagios. La estrategia también es desigual en esta perspectiva.

La crisis sanitaria por el covid-19 no terminará este 2020. La Unión Europea va más lejos, afirma que la vacuna estará al alcance de todos hasta el 2022. Avanzan los proyectos, pero las estimaciones más amables la anuncian para marzo. Y esa otra crisis, la económica que camina detrás, quién sabe hasta cuándo dejará de tener efectos en un planeta sumido en profundas desigualdades sociales. Es por eso que lo que sea que trace para salir de este bache deberá incluirnos a todos y todas si es que deseamos dejar atrás la pandemia y todas sus consecuencias. Información Excelsior.com.mx