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MÉRIDA, Yuc., 16 de octubre 2023.- Lázaro Herrera Fuentes, de 67 años de edad y mejor conocido como el Santa Claus del Sur, falleció la tarde del sábado, lo que causó una gran consternación entre todos aquellos que conocían y apreciaban.
De profesión comerciante, el vecino de la colonia Plan de Ayala Sur casi cuatro décadas dio vida al alegre personaje del traje rojo que llevaba alegría y esperanza a cientos de niños, adultos mayores y familias de esta zona de Mérida en la víspera de Navidad.
Ayer domingo en la mañana su cuerpo fue velado en el que en vida fue su hogar, rodeado de su familia y seres queridos, pero también de muchas personas que de manera espontánea se hicieron presentes para ofrecer sus condolencias.
En entrevista con el Diario su viuda, Rosario Vera Fuentes, y su hija política Vianey Flores Loeza comentaron que el señor Lázaro siempre fue un hombre generoso y desprendido, pero ante todo sensible y dedicado a compartir con los demás.
Rosario, quien se casó con él en 1982, no tiene más que palabras de amor para quien fuera su gran compañero de vida, el hombre que le enseñó que aún dentro de la estrechez y las dificultades económicas era posible llevar amor, esperanza y alegría, porque hasta las cosas más pequeñas cuando se mueven con el amor, alcanzan y se multiplican.
“Durante casi 40 años, desde que nos mudamos a esta colonia, él abrazó con cariño y pasión esta obra, se enamoró de la idea de convertirse en Santa Claus, de la idea de regalar felicidad aun en las cosas más pequeñas, pues estaba muy consciente de las necesidades que afrontaban sus vecinos e incluso las familias de sectores circundantes”, comentó Rosario.
La señora llevaba en brazos a la pequeña Altana, su nieta de dos años de edad que dormía profundamente ajena a lo que está sucediendo en torno suyo.
Sobre el féretro en que descansa el Santa Claus del Sur se extendió el vistoso traje y su gorro de borla blanca, en el que tantas veces se enfundó emocionado para realizar su obra, además de una fotografía que lo recuerda tal y como muchos se lo llevan en el corazón.
“Como toda obra que trasciende, todo comenzó con un gesto de amor”, recordó Rosario.
“Lázaro veía a su gente, a sus vecinos, eran tiempos difíciles, la colonia estaba muy apartada de la ciudad, había muchas carencias y necesidades, eso se hacía más evidente en Navidad”.
“Muchos niños del rumbo no sabían lo que era la alegría de recibir un regalo de Navidad, no sabían de un juguete que estrenar tras la Nochebuena, y él se daba cuenta de cuánto poseía y cuánto podía compartir para regalar un poco de felicidad, y es así como se hizo la idea de encarnar a Santa Claus y salir a repartir juguetes a los niños la víspera de Nochebuena”, señaló la entrevistada.
En los primeros años la experiencia se sostenía de sus propios recursos, pero conforme la obra creció fue necesario que otros se involucraran y los primeros fueron su propia familia.
“Éramos como los duendes de Santa Claus, sus asistentes, porque la gente comenzaba a colaborar para apoyar esta obra, traía juguetes de medio uso que teníamos que limpiar, arreglar y preparar para hacerlos llegar durante el recorrido de Santa Claus, había que separarlos entre juguetes de niños y juguetes de niñas, envolverlos y acomodarlos”, dijo Rosario.
“Mi suegro nos contagiaba la alegría de vivir esta experiencia, de participar e involucrarnos, él no podía hacerlo todo, era muy entusiasta y muy alegre, pero necesitaba que lo apoyáramos”, expuso Vianey Flores.
“A eso nos dedicamos, a hacerle las cosas más llevaderas con nuestro apoyo durante el proceso de preparación, recibiendo las donaciones que generosamente mucha gente hacía y durante el reparto de los juguetes, las despensas y los cobertores que llegaban a las familias y a los adultos mayores”.
“Hubo una ocasión que hicimos tantos regalos que una Vanette de carga y una camioneta apenas fueron suficientes para hacer el reparto y necesitamos hasta tres días para cumplir la obra”, recordó.
Con el paso de los años el Santa Claus del Sur se hizo de un trineo para hacer sus esperadas entregas decembrinas, se lo mandó a hacer la familia para completar la fantasía.
En 2019 estuvo a punto de no hacer el recorrido por una complicación pulmonar y una cirugía, pero ni eso le impidió encarnar a Santa Claus, aunque sea convaleciente y desde el interior de un automóvil cerrado.
Con la salud mermada y en medio de la pandemia del Covid en 2020, pero siempre amoroso y optimista, mantuvo viva la tradición hasta que este sábado fue llamado a la presencia de Dios en medio de la tristeza de todos, pero con la certeza de que el Altísimo premiará su generosa vida.
Según se averiguó, Elvis Herrera Vera recibió la encomienda de su padre de continuar la tradición.
“Pruébate y asegúrate que el traje te entre, porque la obra debe continuar”, le dijo don Lázaro apenas unos días antes de su deceso.
El cuerpo de Lázaro Herrera Fuentes fue incinerado la tarde de ayer y sus cenizas permanecerán a resguardo de la familia en su hogar, mientras se acuerda el lugar en el que finalmente descansarán. Información Megamedia
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