Por Francisco Garfias
Es plausible el combate frontal al huachicol. Eso no está a discusión. Ya era hora de poner un hasta aquí a ese delito que nos cuesta a los mexicanos 60 mil millones de pesos anuales, según el presidente López Obrador.
La bronca es que cerrar las válvulas de los ductos para evitar el robo de combustible no es la forma más eficiente de atacar el complejo problema.
Está claro que en la 4ª T no tienen una estrategia que evite el desabasto, sin dañar al consumidor. Se fueron por la fácil. Cerrar sin medir las consecuencias. La lógica es: sin combustible, no hay robo.
No calcularon el desabasto, que ya alcanzó a la Ciudad de México —aunque Pemex lo niegue— y a ocho entidades más. Es público, además, que a los gobernadores no se les informó que iban a cerrar las válvulas.
El transporte de combustibles por los ductos representa el 80% del consumo en México, según Juan Bueno Torio, exdirector de Pemex Refinación. No hay pipas que alcancen para satisfacer el suministro a las gasolinerías.
Al cerrar las válvulas se produjo el explosivo fenómeno: poca gasolina, mucha demanda. Una bola de nieve que se combina con las compras de pánico, las filas interminables, el enojo de los ciudadanos, la ralentización general de actividades.
El descontento con el gobierno de AMLO crece vertiginosamente, a pesar de que el Presidente asegura que su plan contra el huachicol ya generó dos mil 500 millones de pesos en ahorro.
No ha dicho a cuánto ascienden las pérdidas por el desabasto de combustibles ni el costo de que el combustible sea transportado por pipas.
Datos duros: los ductos que han sido cerrados suministran 492 mil barriles diarios de gasolinas. Eso es más o menos 72 millones 228 mil litros.
Son trasladados en pipas con capacidad para 20 mil litros. Hay cuatro mil pipas en activo, no todas disponibles el mismo tiempo. Mientras unas cargan, otras descargan.
Los expertos calculan que serían necesarias 12 mil pipas para igualar el abastecimiento de los ductos.
“El problema no es la falta de gasolina y diesel. Hay suficiente en los puertos y en la refinería de Tula. No se puede mover ese producto porque no hay infraestructura suficiente para hacerlo. No hay suficientes pipas”, nos dijo un experto.
Lo arriba expuesto nos lleva a la conclusión de que para aliviar el desabasto tendrán que reabrir los ductos a la brevedad. Tenemos informes, sin embargo, acerca de que el gobierno federal sigue cerrado a la posibilidad de reabrirlos.
En Guanajuato difundieron la noticia de que se acababa el desabasto, porque ya había entrado a operar el ducto. Duró una hora. Lo volvieron a cerrar por una toma clandestina.
Ayer se acabó el producto en el Valle de México por estar suspendido el ducto Tuxpan-Azcapotzalco (para gasolinas) y el CPI Azcapotzalco (para turbosina).
La crisis amenaza a los aeropuertos. El panorama en los alrededores de las gasolinerías, cerradas o saturadas, seguramente lo vio. No necesito hacerle un dibujo.
Ese tema marcó el día 39 del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La Guardia Nacional con elementos militares va. De eso no hay duda. Ayer me quedó claro. La mayoría de los gobernadores, aun los que no son de Morena, favorecen su creación, pero bajo mando civil y con respeto a las soberanías estatales.
Lo dejaron ver durante sus intervenciones en las audiencias públicas sobre ese polémico tema que organizó la Cámara de Diputados.
Al evento asisten legisladores, expertos y representantes del colectivo Seguridad sin Guerra, que agrupa a 300 organizaciones y personas que van con todo contra lo que, suponen, es un paso hacia la militarización del país.
Imposible plasmar aquí todas las intervenciones. No hay espacio que alcance. Palabras más, palabras menos, casi todos los gobernadores coincidieron con Alejandro Moreno Cárdenas, presidente de la Conago y mandatario de Campeche.
Alito, como lo llaman, le dio la bienvenida a la citada Guardia Nacional, a condición de que sus facultades queden plasmadas en la Constitución en forma clara y específica, sin ambigüedad alguna.
Se tiene que garantizar, según él, su carácter civil, el respeto a la soberanía de los estados y que sus funciones se manejen con estricto apego a los derechos humanos.
“La Guardia Nacional no debe ser una institución clonada de las Fuerzas Armadas, ni conducir a una militarización del país. Hay que formar y capacitar a la policía de confianza. Tener claro también la aplicación de los exámenes de control de confianza.
“Los encargados de proteger y cuidar a los ciudadanos no se compran en una tienda de conveniencia. Se forman todos los días y a lo largo de muchos años”, sintetizó el presidente de la Conago.
El comisionado del Instituto Nacional de Migración, Tonatiuh Guillén, vuela hoy a Centroamérica, por instrucciones de la titular de la Segob, Olga Sánchez Cordero. Visitará Tegucigalpa y San Salvador. Va a reunirse con sus pares de esos países para recoger información de la caravana, otra más, que se apresta a viajar por tierra hacia Estados Unidos.
Les llevará también el mensaje que ha repetido Sánchez Cordero: la entrada a territorio mexicano no será por la fuerza, como en octubre del año pasado. El que quiera entrar ilegalmente, rompiendo el cerco, será deportado. Información Excelsior.com.mx
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