Por Enrique Aranda
Entre el viernes y ayer, todos los partidos políticos, las dirigencias de los principales al menos —Enrique Ochoa Reza, Ricardo Anaya Cortés, Alejandra Barrales Magdaleno y Dante Delgado Rannauro— competían frente a los medios para intentar posicionar a nivel social su irrevocable decisión de “donar” una parte y/o el total de las prerrogativas que, por ley, reciben de los gobiernos federal y estatales a la población damnificada por los sismos del 7, 19 y 23 de septiembre pasados.
A la luz de los hechos, su mediática disputa no parece tener como propósito primario el apoyo a una sociedad gravemente “lesionada”, y a la que poco o nada le interesa si los partidos existen o no, o lo que hacen, pero no por ayudar pues, digámoslo claro, si bien es verdad que el mandamás del tricolor no pierde oportunidad de insistir en que el PRI formalizará hoy, ante el INE, su renuncia (“a recibir del erario, de impuestos pues…”) poco más de 250 millones de pesos y que, seguramente a coro, los promotores del antinatural batidillo (ideológico) identificado como Frente Ciudadano, PAN-PRD y MC pues, harán algún anuncio igual o más “ruidoso” en las próximas horas, ninguno de ellos ha comprometido recursos propios…
Todos, ahí sí en general, ofrecen “donar” lo que, en estricto sentido, proviene y pertenece originalmente a la sociedad; cifras millonarias, pero de dinero público, no del propio…
Por ello, perdón, es que llama la atención que, en el marco de la sesión extraordinaria del Consejo Nacional convocada por Morena, el mandamás del mismo llamará a conformar, vía aportaciones personales de militantes y/o afines, una cantidad similar a la que, en caso de así aprobarlo la autoridad electoral, dejaría de recibir vía prerrogativas; es decir, 103 millones de pesos de los que, el sábado mismo, se habían reunido ya (vía compromisos) los primeros 23 millones que, presumiblemente, a partir de mañana serán entregados a un fideicomiso de cuya administración responderá un comité ciudadano.
Otra vez, insistamos, el oportunista y mediático Andrés Manuel López Obrador vuelve a validar aquello de que ¡más sabe El Peje (perdón), el diablo por viejo…!
Al margen, lo verdaderamente importante es que, a partir de ahora, todos deberán comenzar a concretar dichos y propuestas, u ofrecimientos, so pena de ahondar más el ya de suyo grave entorno de desconfianza y molestia existente contra todo lo que huela a partidos, políticos y, sin duda, funcionarios de gobierno…
No vivirá pues mucho quien no pueda atestiguar que, a raíz de los sismos y lo sucedido a consecuencia de los mismos, México comenzó a cambiar… y, a decir verdad, mucho y de fondo.
ASTERISCOS
* Concluida la etapa post-emergencia, a la hora de la solidaridad debe seguir la de la legalidad, y los delegados en Benito Juárez (Christian von Roehrich), Tlalpan (Claudia Sheinbaum) y Gustavo A. Madero (Víctor Hugo Lobo), entre otros, o el cuestionable Miguel Ángel Mancera en su caso, deben investigar y explicar cómo es que se expidieron licencias de construcción a edificaciones (relativamente nuevas) que, el martes, nueve “vinieron a tierra”…
* También, por cierto, debería investigarse e iniciar la acción legal que corresponda, por el infundado mensaje difundido vía redes afirmando que el auténtico propietario del devastado Colegio Enrique Rébsamen, no era otro que el cardenal Norberto Rivera Carrera, lo que la arquidiócesis primada desmintió de manera inmediata.
* A nadie entre quienes, al filo de las 3 de la mañana del sábado, departían en una taquería de Polanco, pasó desapercibido el arribo de Miguel Ángel Osorio quien, tras saludar al actor Eduardo Verástegui que, dijo, regresaba de Jojutla, Morelos, refirió que llegaba apenas a comer… le comentó que la situación en Oaxaca “es, al menos, diez veces más grave que ahí”…
Veámonos el miércoles, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP
Información Excelsior.com.mx