Vaya controversia la que se ha generado a partir de unas declaraciones de Gerardo Castillo, entrenador del Necaxa Femenil, que se han viralizado en las redes sociales, en las que parece minimizar a sus futbolistas tras el partido del pasado 1 de agosto frente a Pumas Femenil, un duelo que terminó en empate.
Cuestionado por sus impresiones del partido, en el que las Centellas estuvieron arriba 2-0 y las universitarias les dieron alcance, Gerardo Castillo se olvidó de los “códigos del vestidor” y fue muy crítico con sus jugadoras, de quienes incluso cuestionó entiendan los conceptos básicos del futbol.
“Si te doy mis impresiones me pongo a llorar, te lo aseguro. Uno estudia al rival y les dices: ‘Van a tirar el balón atrás porque así meten sus goles’, se me va la voz gritándoles y me dicen que estoy loco, pero si no les gritamos desde la banca nadie en la cancha es capaz de decirle a la compañera que tenga cuidado con esas pelotas desde atrás”, dijo el entrenador.
“Lamentablemente, nuevamente y mediocremente sacamos solo un punto porque en el medio tiempo se les dijo a ella: ‘Si aprietan el acelerador metemos tres o cuatro goles’ y dejan vivir al rival”, agregó.
‘Ni a media cancha llegan el balón al patearlo’
Otra de las frases de Castillo que generó indignación en las redes, principalmente entre las mujeres que gustan de la Liga MX Femenil, es que el timonel exhibió la “debilidad” de las señoritas al patear un balón, afirmando que eso lo complica todo.
“Volvemos a lo mismo, la 9 de ellas le pega con una fuerza increíble al balón y las mías apenas la llegan a media cancha. Yo pongo la cara, pero me voy con la cola entre las patas, hasta me da vergüenza (…) Te dicen en contexto: ‘Perdón, profe, pudimos hacer más y se me fue la marca’… Bueno, qué te digo, ya no tengo palabras, se me acabaron y estoy es de valientes”, aseveró.
Para hacer aún más grande el asunto, Gerardo Castillo aseguró que a varias jugadoras del Necaxa “les vale” la situación del equipo, que es último de la tabla con solamente dos empates y seis derrotas al momento.
“Le digo a las chicas que me caliento, que a veces se dicen cosas de las que se arrepiente, tratamos de ser mesurados, pero les dio: ‘¿Qué más hacemos, niñas?’. Si te asomas al pasillo ves a algunas llorando de la impotencia y a otras les da igual, pero ya uno se fastidia de tratarlas de convencer”. Información Medio Tiempo