Por Francisco Garfias
El exsecretario de hacienda, Ernesto Cordero, otrora presidente de la Mesa Directiva en el Senado, fue expulsado definitivamente del PAN. La Sala Superior del TEPJF resolvió ratificar, por cuatro votos contra tres, la mencionada sanción que le había impuesto la Comisión de Justicia del azul “por ataques y deslealtad a la institución”.
Buscamos a Cordero. Nos dijo que el Tribunal Electoral había fallado dos veces sobre el tema y le había dado la razón. Pero el PAN volvía a insistir y la tercera fue la vencida.
“Desconozco por qué el tribunal falló de distinta manera. Pero ya estoy en otro boleto. No voy a contestar nada”, nos dijo el expanista.
Nos comunicamos, vía WhatsApp, con Fernando Herrera, vocero del blanquiazul, para conocer el punto de vista del CEN. Esto fue lo que escribió: “Cordero argumentó en su defensa la libertad de expresión. El tribunal consideró que las pruebas (la denuncia que presentó contra Ricardo Anaya y publicaciones recurrentes) dañaron gravemente las instituciones”, puntualizó.
Quedó más que claro quién manda en el grupo parlamentario de Morena en el Senado: Ricardo Monreal. Lo ilustra el caso de su aguerrido coordinador, Alejandro Rojas Díaz Durán.
El mismísimo Alejandro nos contó que, a instancias de las senadoras Antares Vázquez y Malú Micher, se sometió a votación su expulsión de la bancada, durante la reunión previa que los legisladores morenos sostuvieron en la Cámara alta.
A las dos las poncharon feo, para usar términos beisbolísticos que tanto le gustan a AMLO. Fueron las únicas que votaron la expulsión. El resto de la bancada se opuso, aseguró el hombre.
Le preguntamos sobre el sentido del voto de Martí Batres, presidente de la Mesa Directiva. “No participó, pero fue el que instigó la votación para que me expulsaran”, acusó el asesor.
Le contábamos ayer, en este espacio, el reclamo que el diputado del PAN, Marco Adame, le hizo a Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Mesa Directiva en San Lázaro, por la pasividad con la que actuó, el miércoles, frente a los desmanes de la CNTE. Los legisladores azules y su jefe nacional, Marko Cortés, solicitaron ayer la destitución del experimentado político. Lo acusan de no haber defendido la inviolabilidad del recinto y el ejercicio de las funciones. Puro ruido.
Es discurso la aseveración del presidente López Obrador de que “no hay poder de poderes”. Palabras para la tribuna. La realidad es que tiene sometido al Legislativo a través de la mayoría de Morena y sus aliados.
Lo que diga su dedito es La Biblia para los guindas. Ayer, de plano se le olvidó que la pelota de la Reforma Educativa ya no está en su cancha, sino en la del Congreso. Juzgue usted mismo esta declaración que soltó en la mañanera:
“En todo aquello que pueda significar el que se mantengan disposiciones que afecten a los maestros, he dado instrucción que se quite todo, porque no les voy a dar el gusto a los conservadores que digan que somos iguales”.
Aclaró, eso sí: “no queremos venta de plazas, ni trafiques con la nómina. Corrupción no, no se permite a nadie, aunque sean los más radicales o extremistas de izquierda o de derecha”. Veremos…
Una que anda quitada de la pena es Alejandra Palacios, titular de la Comisión Federal de Competencia Económica, quien resultó beneficiada por la parálisis que provocó la CNTE en la Cámara Baja. Y es que estaba citada en San Lázaro para comparecer esta semana ante comisiones, pero en lugar de eso anda en Washington, donde participa en la Reunión Anual Antimonopolios.
En San Lázaro nos cuentan que los diputados se quedaron con las ganas de despejar dudas sobre el papel que ha jugado la Cofece alrededor de la comentada fusión Disney-Fox, que la competencia considera “desleal y monopólica”. Información Excelsior.com.mx