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Educación y Circularidad, principios para un futuro sostenible

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Ante las problemáticas climáticas, ambientales, económicas y sociales que experimenta el mundo hoy en día, resulta vital para la preservación de nuestra propia existencia enfatizar la importancia de sensibilizarnos sobre el impacto que tenemos sobre el planeta y sus ecosistemas.

Es a través de la conmemoración de fechas enfocadas en temas de interés general que, diversas organizaciones mundiales y nacionales, buscan fomentar la conciencia de la sociedad, empresas y gobiernos sobre los retos medioambientales que nos aquejan, por ello, se deben buscar alternativas de producción y consumo que impliquen una extensión de la vida de todo tipo de residuos.

Hoy que conmemoramos el Día Mundial del Reciclaje, es fundamental poner en la mesa un tema que, desde los distintos sectores, podemos impulsar para hacer de nuestro hogar un mundo mejor: la educación para sensibilizarnos y conocer herramientas y soluciones sistemáticas como la circularidad, que ayuda a asegurar un futuro sostenible.

Por supuesto, existen diversos caminos y mecanismos que permiten a las personas disminuir su huella ambiental y, de esa manera, mitigar el impacto que sus actividades generan, pero un elemento que verdaderamente puede propiciar cambios significativos es la educación, en sus distintos niveles.

Sin duda, un primer paso que de manera colectiva podemos dar, es el transitar hacia una sociedad más sensible y empática con el medio ambiente para reconocer el impacto que nuestro estilo de vida genera a la tierra. Es cierto, los pasos que se han dado en esta materia no son menores, pero ¿cuántas veces nos detenemos a valorar el ciclo de vida de esos insumos que de manera cotidiana usamos? En mayor escala, desde el sector económico, por ejemplo, ¿somos realmente sensibles al ciclo de vida o revalorización de los residuos de los productos que producimos y consumimos?

Ante esta necesidad, podemos encontrar en la economía circular una alternativa concreta, pues funciona como un sistema resiliente, bueno para las empresas, las personas y el medio ambiente, al ser un marco de soluciones que hace frente a desafíos globales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, los residuos y la contaminación. Esto, a través de un esquema basado en la restauración o regeneración por intensión y por diseño, que busca que los productos, componentes y sus materiales mantengan su utilidad al máximo valor posible en todo momento, mediante tres principios fundamentales: preservar, optimizar y promover, desvinculando así a la actividad económica del consumo de recursos finitos.

Es posible pensar que se requieren de conocimientos profundos o extensas carreras profesionales para poder comenzar a aplicar este concepto en nuestra vida diaria, sin embargo, esa primera etapa que señalo no representa involucramientos complejos, pues basta con acercarse a recursos profesionales, que instituciones educativas especializadas, públicas o privadas, ponen a disposición de los usuarios, como el e-Learning, de Economía Circular que HEINEKEN México y el Conscious Business del TEC de Monterrey publicaron de manera abierta y gratuita en sus plataformas, para compartir conocimientos y prácticas aplicables para el público en general.

Como industria, nuestra responsabilidad es amplia, pues gracias a los avances e innovaciones inherentes a nuestro negocio podemos ser grandes generadores de cambio y levantar la mano, elaborando productos de manera responsable, cuidando de los recursos que utilizamos.

En HEINEKEN México seguros de esa responsabilidad y oportunidad que teníamos de trascender y mejorar nuestra forma de trabajo, en 2015 iniciamos el análisis que nos ayudó a plantear un plan a largo plazo y lograr que la economía circular se volviera nuestra forma de trabajo. Ahora, desde nuestra estrategia, “Brindar un Mundo Mejor”, continuamos desarrollando proyectos internos y externos que, basados en esta estrategia, nos ayudan a contribuir en el alcance de la prosperidad, el empleo y la resiliencia de las comunidades donde operamos, mientras reducimos las emisiones de gases de efecto invernadero y en general la huella ambiental de nuestras operaciones, siendo eficientes en el uso del agua y asegurando la circularidad de nuestros empaques y residuos.

Hoy en día, creamos vasos de cebada en los que reaprovechamos la macilla de cebada proveniente de la elaboración de nuestras cervezas; reutilizamos los componentes de los enfriadores que terminan su ciclo para crear nuevos y extender la vida de los que se encuentran funcionando; y, conscientes de que el agua es un esencial, no sólo para nuestros productos, sino para la vida, apostamos por la eficiencia hídrica y su aprovechamiento a través del tratamiento de las aguas residuales, reutilizarla en procesos de consumo no humano en la compañía o compartirla con otras industrias. Además, derivado de ese proceso, se produce biogás que incorporamos a nuestros procesos.

Finalmente, como consumidores, es importante proveernos de bienes y servicios de empresas que cuentan con una cadena de valor responsable y coadyuvar a maximizar el ciclo de vida de todo lo que adquirimos. Asimismo, el valor que aportan gobiernos y academia representan un gran impulso, fomentando sistemas de producción y consumo responsable.

Culmino haciendo un llamado para enfrentar la importancia de reforzar nuestra corresponsabilidad en el cuidado del planeta, el medio ambiente y sus recursos naturales, por medio de una cadena con eslabones super sólidos, que nos involucren a todos, todas y todes. Somos la clave para revertir y mejorar las condiciones de nuestro mundo y nuestro futuro.

*Inti Pérez, directora de Sustentabilidad & Responsabilidad Social Corporativa de HEINEKEN México

Información Radio Fórmula

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