DETROIT (AP) — Cuando la oficina del censo empiece a contar a los habitantes de Estados Unidos el año que viene en Detroit tropezará con varios obstáculos: Hay decenas de miles de casas vacantes, escaso acceso a la internet y mucha pobreza, todos estos factores que van a complicar su tarea.
Otras ciudades del cinturón industrial que han perdido gente y del sur del país con gran cantidad de inmigrantes y de recién llegados ofrecerán obstáculos similares, según un análisis que hizo la Associated Press de estadísticas del gobierno. A nivel nacional, aproximadamente una cuarta parte de la población vive en zonas donde será difícil llevar la cuenta, incluidas Atlanta, Cleveland, Dallas, Los Ángeles, Milwaukee, Memphis, Tennessee y Fresno (California).
Hacer una cuenta precisa es vital porque el censo determina la cantidad de dinero que se asigna en el presupuesto nacional a cada localidad y qué estados ganan o ceden bancas legislativas.
“No hay nada más importante, y de mayor prioridad, que hacer una cuenta acertada”, dijo el director de la Oficina del Censo Steven Dillingham hablando ante legisladores este año.
El reciente renacer de Detroit fue alimentado por la recuperación de edificios del centro de la ciudad, nuevos hoteles boutique y una pujante comunidad artística. Pero el boom no saca de la pobreza a mucha gente ni resuelve la desconfianza derivada de décadas de confrontaciones raciales. Las casas vacías son consecuencia de un éxodo masivo que comenzó en la década de 1950 e hizo que la población de Detroit bajase de 1,8 millones de habitantes a 670.000.
La ciudad es hoy un ejemplo de las dificultades para contar a la gente.
Casi el 85% de la población vive en barrios que es difícil contar, de lejos el porcentaje más alto de cualquier ciudad grande del país.
Annette Brock, quien vive en la zona céntrica, dijo que a algunos residentes les cuesta establecer una relación entre el censo y una mejoría en sus vidas.
“Todos los demás reciben ayuda antes que nosotros”, dijo Brock. “No culpo a nadie si no quieren participar o si no quieren ayuda alguna o si no quieren decir nada más. Están cansados de decir lo que piensan”.
A nivel nacional, la oficina del censo pronostica que un 60,5% de las personas responderán a las preguntas del censo.
En el último censo, del 2010, 220.000 personas vivían en casas que no llenaron el cuestionario, lo que le costó a la ciudad entre 2.000 y 5.000 dólares por cada persona que no fue contabilizada, de acuerdo con Victoria Kovari, directora ejecutiva de la Campaña del Censo del 2020.
Los investigadores dicen que las comunidades más difíciles de contar son la hispana, la de los afroamericanos, las de los inmigrantes que no hablan inglés, las familias no tradicionales y la gente con estilos de vida informales.
Expertos afirman que los esfuerzos del gobierno de Trump por incorporar una pregunta sobre la ciudadanía puede ahuyentar a muchos inmigrantes, no solo los que no tienen permiso de residencia sino también a quienes sí lo tienen. La propuesta fue rechazada, pero hay quienes piensan que el daño está hecho.
California y Nuevo México tienen algunas de las concentraciones de hispanos más grandes del país. En esos estados, el 40% de la población vive en barrios en los que es difícil llevar la cuenta.
En un reflejo de lo importante que es el censo, California está invirtiendo unos 187 millones de dólares en publicidad y en actos para alentar la participación.
“Hay que entender las barreras estructurales que existen”, dijo Ditas Katague, director de una oficina que promueve la participación en California. Información debate.com.mx