Por Pascal Beltrán del Rio
Los estados donde arrancaron campaña el domingo pasado los tres candidatos presidenciales de partidos forman parte de la lista de las diez entidades en las cuales, desde 2000, siempre ha ganado la persona que al final llega a Los Pinos.
No parece ser casualidad.
Como he comentado en columnas anteriores, tanto Vicente Fox, como Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto tienen en común haber ganado la elección presidencial en Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Coahuila, Colima, Jalisco, Querétaro, San Luis Potosí, Sonora y Yucatán.
Es cierto que ninguno de esos estados, salvo Jalisco, está entre los seis con el listado nominal más abultado del país. Y también que todos juntos representan apenas la cuarta parte del electorado nacional.
Sin embargo, son entidades que –a diferencia del Estado de México, la Ciudad de México, Veracruz y Puebla, por hablar de las de mayor población– suelen dar una ventaja porcentual muy grande al ganador sobre el segundo lugar y, obvio, el resto de los competidores.
Por eso, esos diez estados pesan tanto en la definición de quién gana la Presidencia.
Vale la pena mencionar también que todos, con excepción de Yucatán, tienen un ingreso familiar promedio superior a la media nacional.
Supongo que al decidir comenzar su campaña en Jalisco, Chihuahua y Yucatán, respectivamente, los aspirantes Ricardo Anaya, Andrés Manuel López Obrador y José Antonio Meade y sus equipos habrán visto las mismas estadísticas electorales que me han llamado la atención desde hace años.
Por supuesto, es posible que en esta ocasión el ganador de los comicios presidenciales no sea también quien triunfe en esas diez entidades. Los factores demográficos que inciden en las elecciones son cambiantes, no estáticos.
Pero mientras no suceda otra cosa, los candidatos tienen que hacer lo posible por ganar en estados cuyo electorado se inclina fuertemente hacia uno de los bandos, como si se diera una suerte de consenso social antes de acudir a las urnas.
No es una sorpresa que el puntero de la contienda, López Obrador, haya dedicado los primeros días de la campaña a la zona norte. Arrancó en Chihuahua, luego fue a Nuevo León y después, a Coahuila y Durango.
Como anoté aquí el 17 de enero pasado, el porcentaje promedio que han obtenido en los nueve estados norteños los ganadores de las tres elecciones presidenciales más recientes ha sido de 43 por ciento. En sus dos primeras campañas, López Obrador ha sacado 23% allí mismo, por lo que requiere aumentar su votación regional en 20 puntos.
Cuatro de los diez estados que definen la elección presidencial están en el norte: Baja California, Chihuahua, Coahuila y Sonora.
Ricardo Anaya optó por comenzar su campaña en Jalisco. Y no en cualquier parte del estado: en San Juan de los Lagos, centro de una región de tradición conservadora, lo cual tiene un significado que no puede soslayarse, menos en Domingo de Resurrección.
Pero además, la posición de Anaya en el estado puede potenciarse por la fuerza que tiene a nivel local el partido Movimiento Ciudadano, que es marcado como el favorito para llevarse la gubernatura con Enrique Alfaro.
Hace dos meses, López Obrador abrió un boquete en la alianza Por México al Frente, al llevarse a sus filas al principal operador de Alfaro, el alcalde con licencia de Tlajomulco, Alberto Uribe, excolaborador del coordinador regional de Morena, Marcelo Ebrard.
Para José Antonio Meade el inicio de la campaña consistió en cruzar todo el país. Empezó en Yucatán y de ahí fue a Sonora.
De acuerdo con el equipo de Meade, la decisión se basó en poner el acento en las fortalezas económicas de esas entidades, además del simbolismo geográfico de hacer campaña “de punta a punta de la República”.
Lo indudable es que Yucatán y Sonora forman parte de la lista de los diez estados que en 2000, 2006 y 2012 decidieron quién ganó la Presidencia.
Buscapiés
Cuando uno escribe en Google el nombre de alguno de los tres candidatos presidenciales no oficialistas, con mucha frecuencia el primer resultado que aparece, destacado como anuncio, es un vínculo que lleva a la página de José Antonio Meade (www.meade18.com). Sucede más veces si se googlea Andrés Manuel López Obrador o Margarita Zavala que Ricardo Anaya.
La razón es el uso que el equipo del aspirante de la coalición Todos por México da a la publicidad digital mediante el servicio Google Adwords. Éste permite posicionar anuncios y registrar palabras que, cuando son ingresadas en el buscador de internet, hacen que aparezca en primer lugar el sitio elegido por el anunciante. Hacer esto me parece una falta de respeto al votante. Información Excelsior.com.mx