Por Adrián Rueda
Está claro que, por la forma de operar, se trató de un atentado del crimen organizado.
La agresión a balazos sufrida el jueves pasado por el periodista Ciro Gómez Leyva representa, no solamente un gran reto para Claudia Sheinbaum, sino en especial para el secretario de Seguridad Ciudadana, Omar Hamid García Harfuch.
Lo mediático del caso atrajo las miradas, no solamente de la sociedad mexicana, sino de órganos internacionales y hasta de gobiernos de otras naciones que están pendientes de la resolución del atentado en contra de uno de los líderes de opinión más importantes del país.
Esto mete una presión extra a García Harfuch, que deberá resolver —junto con la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México— de manera convincente el atentado, pues todos los ojos estarán sobre él, debido a que es mencionado como posible sucesor de Sheinbaum.
Si logra resolver el caso, seguramente sus bonos subirán para que dentro de dos años pueda encabezar la candidatura a jefe de Gobierno, a la que indudablemente aspira, por mucho que en más de una ocasión haya dicho que no.
De entrada, Omar Hamid fue reconocido por el propio Gómez Leyva, quien al narrar cómo fue la agresión que sufrió en las cercanías de su casa, dijo que el secretario de Seguridad Ciudadana llegó casi de inmediato a tranquilizar la situación.
Esa empatía en una víctima de un atentado mortal es importante, pero, además, dispuso todo un operativo de seguridad para el periodista y su familia, lo cual permitió a las autoridades de la Ciudad de México palear la situación en tanto se hacen las investigaciones.
Pero eso sólo fue el primer paso, pues, si bien se mostraron imágenes de los vehículos en los que se transportaron los presuntos agresores, y el seguimiento a través de cámaras del C-5 de su huida hasta el Estado de México, falta dar con ellos.
Por supuesto que no es fácil, pues está claro que, por la forma de operar, se trató de un atentado del crimen organizado. Es una gran prueba para García Harfuch, que puede impactar en el tema sucesorio para la CDMX.
Si resuelve el caso, difícilmente alguien podría oponerse a que fuera el candidato de Morena y sus aliados a la Jefatura de Gobierno; si se le va de las manos, también se le iría la posibilidad de llegar.
Aunque, en teoría, la parte fuerte la tendrían que hacer la fiscal Ernestina Godoy y sus sabuesos, la carga está en la Policía de Investigación, donde los elementos más importantes los puso el titular de la SSC.
Otro ingrediente que tiene que ver con la sucesión capitalina es la participación de la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana de la federación, Rosa Icela Rodríguez, otra de las que aspiran a suceder a Sheinbaum.
Tanto Omar Hamid como Rosa Icela han trabajado coordinadamente en este caso, que, desde luego, ha impactado a la sociedad, pues fue un atentado directo para privar de la vida al periodista Gómez Leyva, como él mismo lo narró.
Dicen que hay avances y que habrá que estar atentos estos días.
CENTAVITOS
El pelo en la sopa quizá haya sido la intervención —a todas luces innecesaria— del secretario de Gobierno, Martí Batres, quien metió su cuchara para anunciar que instruyó al Mecanismo Integral de la CDMX a tomar todas las medidas para la protección del periodista, independientemente de las acciones decretadas por las instancias locales y federales. Qué bueno que Batres se preocupe, pues nunca sobran los apoyos, pero si ya estaban Claudia, Omar Hamid y el propio Presidente de la República en el tema, como que ya no era necesario montarse para salir en la foto.
Información Excelsior.com.mx