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Cualquiera que críe a un niño hoy día probablemente se ha preocupado por el tiempo frente a dispositivos móviles y el impacto de los dispositivos en nuestros niños. ¿La tecnología afecta a sus cerebros? ¿Esto limita su desarrollo social? ¿Podría dañarlos emocionalmente? ¿Podría retrasar el desarrollo del habla?
Nunca había pensado sobre esa última pregunta hasta que un nuevo estudio, publicado este jueves y presentado en la Reunión de Sociedades Académicas Pediátricas 2017, reveló algunos hallazgos sorprendentes.
El estudio encontró que mientras más tiempo pasen los niños de entre 6 meses y 2 años frente a pantallas móviles como smartphones, tabletas y juegos electrónicos, tendrán mayor probabilidad de experimentar retrasos en el desarrollo del habla.
“Creo que es el primer estudio en examinar la relación entre dispositivos móviles y retraso de la comunicación en los niños”, dijo Catherine Birken, investigadora senior del estudio y pediatra y científica del Hospital para Niños en Toronto, Ontario. “Es la primera vez que hemos lanzado luz sobre este asunto potencial, pero creo que los resultados necesitan ser moderados (porque) es un vistazo preliminar”.
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En el estudio, que involucró a casi 900 niños, los padres reportaron la cantidad de tiempo que pasaron sus hijos usando pantallas en minutos diarios a la edad de 18 meses. Los investigadores usaron una lista de verificación de infantes, una herramienta de monitoreo verificada, para evaluar el desarrollo del lenguaje de los niños también a los 18 meses. Ellos observaron un rango de elementos, incluyendo si el niño usa sonidos o palabras para obtener la atención o ayuda y si junta palabras y cuántas palabras usa.
El 20% de los niños pasaban un promedio de 28 minutos al día usando pantallas, según encontró el estudio. Cada incremento de 30 minutos diario en el uso de pantallas se vinculó a un incremento del 49% en el riesgo de lo que los investigadores llamaron retraso en el lenguaje expresivo, que se trata de usar sonidos y palabras. El estudio no encontró ningún vínculo entre el uso de un dispositivo móvil y otras áreas de comunicación como gestos, lenguaje corporal e interacción social.
‘Necesitamos investigaciones más definitivas’
Birken, quien también es profesora asociada de pediatría en la Universidad de Toronto, expresó que mientras su estudio muestra que parece existir una relación entre el uso de dispositivos móviles y el retraso en la comunicación de niños pequeños, se necesita mucha más investigación para determinar si el uso del dispositivo es de hecho lo que causa el retraso en la comunicación.
Una mayor investigación también debe revisar el contenido que revisan los niños pequeños y si usan los dispositivos con un padre o cuidador presente, dijo.
“Creo que para desarrollar realmente la evidencia para informar a los padres y pediatras sobre qué recomendar, necesitamos una investigación más definitiva”, dijo Birken. “Necesitas pruebas. Necesitas buena evidencia, al menos estudios longitudinales, pero esto, al menos, estos hallazgos identifican una asociación que apoya las recomendaciones actuales” de la Academia Estadounidense de Pediatría.
Ese grupo recomienda que no haya tiempo frente a pantallas, que no sea videollamadas con familiares, para niños menores a 18 meses. El ruido y actividad de la pantalla puede ser un distractor para los niños pequeños y puede causar una desconexión entre ellos y sus padres, han dicho los pediatras.
Para niños de entre 18 a 24 meses, la Asociación Estadounidense de Pediatría cambio su recomendación de bloqueo total del tiempo en pantalla para este grupo. Ahora recomienda a los padres que elijan programación de alta calidad y lo vean con sus niños para ayudarles a entender exactamente qué están viendo.
Casi un 40% de niños menores a 2 años ha usado un dispositivo móvil, un incremento del 10% en 2011, de acuerdo con un estudio de 2013 por Common Snese Media, una organización sin fines de lucro que se enfoca en ayudar a niños, padres y educadores a navegar el mundo de los medios y la tecnología. Esos números probablemente sean mayores hoy día con el crecimiento en popularidad de los smartphones.
“Este es un estudio importante que señala algunos de los riesgos potenciales asociados con el uso de los medios, y específicamente, dispositivos móviles”, dijo Michael Robb, director de investigación de Common Sense Media. “Lo que impulsa el efecto es muy importante. Los efectos negativos pueden ser debido a que el tiempo frente a la pantalla reemplaza la interacción padre-hijo (jugar, leer, platicar, cantar, etc.) que es vital para el desarrollo saludable”, dijo Robb en un correo.
Las pantallas están “en todas partes”
Michelle MacRoy-Higgins y Carlyn Kolker son co-autoras del recién publicado libro libro Time to Talk: What You Need to Know About Your Child’s Speech and Language Development, que explora cómo se desarrolla el habla en los bebés y niños pequeños.
MacRoy-Higgins, quien ha trabajado con cientos de infantes, bebés y niños pequeños como terapeuta de lenguaje, dijo que no le sorprendían los hallazgos para nada.
“Sabemos que los niños pequeños aprenden el lenguaje a través de la interacción y participación con otras personas, y también sabemos que los niños que escuchan menos lenguaje en sus casas tienen un vocabulario más pobre”.
Podría ser el caso que mientras más niños estén involucrados en tiempo frente pantalla, menos tiempo tendrán para participar con cuidadores, padres y hermanos, dijo MacRoy-Higgins, quien también es profesora asociada en el departamento de patologías del lenguaje y audiología del Hunter College.
Los primeros dos años son increíblemente importantes para los niños y el origen del lenguaje es importante para el éxito académico, dijo. “Los retrasos pueden asociarse con dificultades al aprender a leer y escribir en primaria así que estos primeros años, los primeros dos, la influencia en el lenguaje que obtengan los niños es verdaderamente, muy importante, y queremos que nuestros niños sigan el curso de su desarrollo del lenguaje pues, de no ser así, están en verdadero riesgo de tener dificultades”.
Cuando nació mi primera hija en 2006, no había tal cosa como un iPhone o iPad. Pero ahora, los dispositivos móviles son omnipresentes, lo que es parte de la razón por la que existe más atención y quizás más preocupación sobre el impacto que puedan tener en los niños, especialmente bebés.
“Están en todas partes y no podemos ignorar ese hecho”, dijo Kolker, exreportera de Bloomberg News y Reuters, quien comenzó a trabajar en Time to Talk con MacRoy-Higgins hace casi cinco años. “No vamos a tirar nuestros teléfonos”. Los dispositivos son una realidad hoy día, pero los padres necesitan estar informados, dijo.
“Creo que lo que demuestra este estudio es cuánto tenemos que profundizar sobre los efectos que tienen en los niños y cómo un padre, ya sea que los tengamos y mientras estén ahí, necesitamos saber exactamente cómo regularlos”, dijo Kolker.
La mejor recomendación para los padres, dicen las coautoras, es interactuar con su hijo. La mejor forma de enseñarles el lenguaje es interactuando con ellos, hablando con ellos, jugando con ellos, usando un vocabulario distinto, señalando cosas para ellos y contándoles historias.
“Son gratuitos y fáciles de hacer”, dijo MacRoy-Higgins, madre de dos que dice que quería escribir un libro pues con frecuencia se le acercan otros padres con preguntas sobre el desarrollo de lenguaje de sus hijos. “Algunas veces los padres quieren saber ‘¿Qué tipo de juguete debo comprar?’, ‘¿Qué tipo de cosas puedo comprar para ayudar a mi hijo a aprender?’ y no tienes que gastar mucho dinero, solo tiempo y dedicación es verdaderamente lo más sencillo que puedas hacer”.
Pero la mayoría de los padres actuales, inclusive aquellos que conocen la investigación, podrían encontrar útil dejar que su bebé se entretenga con un dispositivo móvil de vez en cuando y eso está bien, dijo Kolker, quien también es madre de dos.
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“Todos los padres necesitarán algún dispositivo en algún momento, una pantalla o dispositivo, una tableta con su niño en algún momento”, dijo Kolker. “Es algo que simplemente va a suceder y puedes hacerlo sin un cierto nivel de culpa, pero creo que necesitas saber que esas son efectivamente herramientas para ayudarte tal vez en un momento difícil, pero no son herramientas que en verdad ayudarán a tu hijo”.
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